26 jul 2011

Nuevo torneo: para salvar a los grandes y quedar bien


Qué bronca. Realmente causa calentura ver cómo se cocina, y de qué forma, todo lo que pasa con la pelota en la Asociación del Fútbol Argentino.
Ahora el punto tiene que ver con la confirmación de que a partir del año que viene dejará de existir la B Nacional y que se conformará un torneo conjunto con 40 equipos, los 20 de la Primera División y los 20 que llegarán de lo que dejará de llamarse Nacional B.
Me pongo a analizar en qué medida se beneficiará y perjudicará a cada uno de los 40 equipos que jugarán en sola categoría a partir de la próxima temporada y la verdad que en el fondo entiendo porqué ninguno de los 40 clubes votó en contra de la iniciativa que tuvo un consentimiento casi unánime, si no fuera porque los delegados de Vélez, Newell’s, Racing y All Boys se abstuvieron de votar (Olimpo se ausentó) en la reunión de Comité Ejecutivo.
A ver, empecemos por los principales equipos de la máxima categoría. Hoy por hoy, Boca (arranca la tabla de promedios con 101 puntos), Racing (100) y San Lorenzo (99) arrancarían la temporada en una situación, cuanto menos, incómoda. Y teniendo en cuenta lo que le pasó a River, esa incomodidad termina por potenciarse, porque nadie parece estar ‘salvado de antemano’. Así las cosas, suena lógico que los ‘peso pesados’ en la Afa estén de acuerdo con modificar el formato de disputa y, sobre todo, la desaparición de los promedios, supuestamente creados en su momento para beneficiar justamente a los ‘grandes’.
Por otra parte, los recientemente ascendidos Atlético Rafaela, Unión de Santa Fe, Belgrano de Córdoba y San Martín de San Juan, igual que Olimpo de Bahía Blanca, Tigre de Victoria y Arsenal de Sarandí, verían con agrado jugar en Primera sin la soga al cuello y sufriendo semana a semana para ver si evitan, se mantienen o salen de la zona roja de abajo. Entonces, en este caso tampoco habría motivos para quejarse, sino todo lo contrario.
En cuanto a los equipos de la B, que juegan con el objetivo de ascender, no les disgustaría para nada que de un día para otro sean 20 ascensos directos en vez de uno solo. Los únicos complicados serían aquellos equipos que vienen del torneo Argentino A y la Primera B Metropolitana, que serían los más comprometidos con el tema del descenso, ya que los últimos dos de esta última edición de la B bajarán un escalón.
Pero más allá de entender como lógica la postura de los clubes mencionados, el quid de la cuestión tiene que ver con River. El Millonario descendió por primera vez en la historia tras 110 años de gloria en la máxima categoría, y el cambio de formato se da justo (pura casualidad) en este momento.
Y si a algún club beneficia esta medida, sin dudas es al equipo que más títulos ganó en el profesionalismo.
En este sentido, River volverá a jugar en la elite independientemente de cómo le vaya esta temporada en la B, lo que sin dudas permitirá reflotar los negocios que se iban a perder en caso de que el Millonario continúa en la segunda división.
Esta nueva modificación beneficiará igualmente a los equipos del Argentino A y la B Metropolitana, que ahora pasarán a jugar directamente por el ascenso al círculo mayor del fútbol argentino. También favorecerá a los del Argentino B y la B, C y D Metropolitana, ya que habrá un obstáculo menos de sortear.
Crucero, por caso, en caso de ascender, podría jugar la próxima temporada con Boca, River, Independiente, Racing, etcétera. Y eso está bueno, indudablemente.
Lo que no está bueno es ver tanto manejo discrecional. Negociar tanto con el fútbol. Dicen (quieren hacer creer , mejor dicho) que la idea del nuevo torneo masivo jamás fue pensada por Grondona, y que fueron dos dirigentes sin voz ni voto que se lo comentaron al paso en un café. Dicen (otra vez) que Don Julio primero se mostró desinteresado y que, después, con más tiempo y la cabeza fría, se entusiasmó con el novedoso proyecto.
Dicen, ya que estamos, que la venganza es el placer de los dioses. Y Grondona, como ser superior que se cree, vaya si disfrutó haber mandado al descenso a River luego de que Passarella saliera públicamente a pedir su renuncia. A Don Julio eso no le gustó. Y actuó en consecuencia. Pero una vez disfrutado el trago de la venganza, había que buscar la forma de volver a poner a River en la A. Los negocios, y vaya si Grondona sabe del tema (la Afa es uno de los entes más recaudadores del país), están por sobre cualquier cosa. Y esa idea que salió de la nada (dice qué) era el plan perfecto para seguir atado al gran negocio de los millones. Porque mal que le pese a cualquiera, tener a River en la B no es lo mismo que tenerlo en la A.
¿Qué deben pensar clubes como Vélez, Lanús, Estudiantes y Godoy Cruz, por ejemplo, que manejan criteriosamente sus economías para no caer crisis, cuando la Afa siempre tiene una solución para los más endeudados?
Que el fútbol es un negocio, chocolate por la noticia. Pero que sea un negociado tan grande, evidente, masivo, inclusivo y millonario, donde los intereses ya parecen indisimulables, da asco. Pena. Lástima. Bronca. Pero una sensación ácida, molesta, que genera ganas de alejarse del fútbol.
Causa impotencia porque los dirigentes, que son menos del 0,1% de los ‘futboleros’ que hay en el país, juegan con la pasión que involucra a un 90% de fanáticos, mientras que parte del restante 9,9%, que entiende de fútbol en mayor medida, muestra su desazón ante semejante violación al sentimiento.
A Grondona por ahora lo ayudan las arcas del Estado. Puede revolucionar todo lo que quiera porque tiene sustento, porque apoyo no le falta. Ni dirigencial ni económico.
Los equipos de la B Nacional no sólo van a escalar un peldaño, sino que van a recibir más guita. ¡¡Cómo no van a votar a favor del cambio!!
La mejor síntesis del cambio la dio, una vez finalizado el cónclave, el presidente de Lanús: Nicolás Russo: "El tema es claro, los que más plata ponen en el fútbol quieren un cambio de torneo". Simple.
Gracias a la buena gestión de la presidenta hay superávit. Grondona lo sabe, y aprovecha al máximo su buena relación con el Gobierno para sacar rédito.
De los 600 millones de pesos que destina el Estado en conceptos de televisación, ahora la Afa va a recibir entre 1200 y 1500 millones, que Grondona repartirá a gusto y placer entre cada uno de los 40 clubes que irán en busca de la teta.
Deportivamente no cuestiono la idea del nuevo torneo, porque está bueno cambiar cada tanto. Un torneo de 40 equipos, divididos en cinco zonas de ocho, con los grandes como cabeza de serie, con cuatro equipos del interior y cuatro de Buenos Aires en cada grupo, con clásicos interzonales, manteniendo los cupos para ingresar a las Copas, evitando los promedios, suena interesante.
El tema es cuándo decidieron implementarlo. Justo cuando River se fue a la B. Justo cuando Boca, Racing y San Lorenzo aparecen complicados con los promedios. Justo cuando los cinco grandes están inmiscuidos en las peores crisis de su historia. Justo cuando la A se quedaba sin clásicos y por ende sin ingresos ‘extras’.
Por suerte, y porque el tiempo pasa para todos, a Grondona le queda poco tiempo. En la Afa.

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