16 sept 2010

¡¡¡Quién diría Guaraní!!!


El gol de Palito Arce al Independiente campeón del Mundo, los dos que le hizo el Puma Ortiz a River y todas las alegrías que supieron regalar Yegros, Tito Noguera, Labaroni, Delpiano, Florentín, Villita, García Paredes y Vidal González, en otros, en Villa Sarita, parecen haber quedado muy lejos.
El presente de Guaranín es, a esta altura de los acontecimientos, exageradamente triste. Sea en rendimiento o en resultados, la actualidad de la entidad de Villa Sarita en los últimos tres meses nada tiene que ver con aquel Guaraní dorado de los años '80.
Sin rumbo en el torneo Argentino B y en la Liga Posadeña, la Franja hace tiempo que no le regala una alegría a esos insistentes y siempre valorables simpatizantes que acompañan al equipo.
Después de la inesperada como dolorosa despedida en el Pentagonal final del último Argentino B, en el que perdió sus cuatro partidos, Guaraní también arrancó torcido el certamen doméstico, donde ya acumula cuatro caídas en serie.
Pasando en limpio, de los últimos 11 partidos, Guaraní no ganó, empató un solo juego y perdió en... 10 oportunidades. En frío o en caliente, estos indicadores no hacen más que reflejar una racha que, revolviendo en la historia, posiblemente no tenga comparaciones.
Cuatro derrotas del Pentagonal anterior, la última caída en el Clemente Fernández de Oliveira y el empate en Corrientes en el debut son las estadísticas negativas del equipo que dirige Hugo Castillo en el Argentino B. Pero si el balance no es positivo a nivel nacional, mucho menos lo es a nivel local. Después de perder la final del Oficial pasado nada menos que frente a Mitre, la Franja hilvanó cuatro derrotas consecutivas en estas cuatro fechas del Apertura posadeño, lo que estira las cifras a un récord sin precedentes.
Para agregar más leña al fuego, esos sinsabores se produjeron justamente cuando el hincha menos lo esperaba. Lo del Pentagonal, por la cercanía en que se estaba de una eventual final por el ascenso al Argentino A, fue un duro golpe. Golpe que se acentuó con la caída en la finalísima frente al clásico rival, Mitre, que encima esa tarde se quedó con el bicampeonato. La semana pasada volvió a perder ante el histórico rival, pero como se avecinaba el debut en el Argentino en casa, no tuvo demasiado impacto. Pero el 2-3 con Sarmiento ya comenzó a tener incidencia en el hincha, que se descargó con insultos varios.
Para completar el mal presente, en duelo de coleros, Brown le ganó por la Liga y lo condenó al sótano de las posiciones.
¿Qué peor podría pasar? se preguntan los simpatizantes franjeados. El próximo desafío es Crucero del Norte. Nada más y nada menos.

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