30 sept 2010

Los nuevos intereses de Julio Grondona


La idea surgió poco antes del Mundial. Y en las últimas horas parece haber tomado mayor fuerza. El regreso de los torneos largos al fútbol nacional cada vez está más cerca de hacerse realidad.
Después del campeonato de 1989-90, la Afa decidió dividir los torneos en Apertura y Clausura, con la finalidad de coronar a dos equipos por año y no uno, como sucedía entonces. Sin embargo, con el correr de los años quedó en evidencia que en los campeonatos cortos, de sólo 19 fechas, las cosas no iban a resultar tan fáciles para Boca, River y los restantes grandes. Esto se acentuó en los últimos cinco años, ya que los últimos ocho campeones fueron equipos diferentes.
Sabido es que los certámenes de 38 fechas, y no hay datos históricos que indiquen lo contrario, están hechos para beneficiar a los más poderosos, a aquellos que tienen mayor presupuesto, mayor cantera y un plantel más numeroso.
Y, se sabe, ver a Boca, River, Independiente, Racing y San Lorenzo dar la vuelta olímpica es mucho más redituable para la Asociación del fútbol Argentino que coronar a equipos de menor convocatoria.
En la década del '90 River y Vélez prácticamente se repartieron los títulos. El ingreso del nuevo milenio se vistió de azul y amarillo, con alguna interrucpión del Cuervo, el Rojo y la Academia.
Pero desde hace media década poco se sabe de festejos "grandes".
Newell's, Lanús, Banfield, Estudiantes y hasta Argentinos se sumaron al selecto grupo de campeones. Y aunque esto hable bien de nuestro fútbol, de lo heterogéneo y competitivo que se ha vuelto, no todos son felices y sacan rédito en igual medida. Al público en general, ese que no es de Boca ni River, generalmente le cae bien que, si no es su club, un equipo chico pueda gritar campeón. Pero el titular afista poco sabe de sentimientos. Para él, con amor, pero sin billetera, no se vive. Y por eso busca alternativas.
Casualmente, Grondona, quien durante toda su vida se mostró claramente en contra de los torneos largos, ahora "escucha" a aquellos dirigentes a los que siempre trató como subordinados. Da la sensación de que el Jefe, de ahí su apodo, poco a poco está interpretando la realidad del fútbol nacional. El negocio de la redonda no está siendo todo lo generoso que pretende el mandamás del balompié argentino con las últimas consagraciones y entonces vería con agrado algo con lo que jamás coincidió.
Llamativamente, Don Julio sólo estaría de acuerdo con el retorno de los torneos largos, aunque no, vaya curiosidad, con suprimir los promedios y las promociones, instancia que sólo existe en Argentina.
Así, más allá de estar o no de acuerdo con los campeonatos anuales (no habría tantos libros de pases y exportación de jugadores, entre otros puntos positivos), no hace falta indagar demasiado para darse cuenta hacia dónde apuntan los nuevos intereses de Grondona.

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