3 may 2010

¿Habrá tercera consecutiva para Crucero?


Los amantes de los números dirán que Crucero está a sólo cinco partidos de la B Nacional. O a tres victorias, que vendría a ser lo mismo. Pero los más críticos, que también tienen en cuenta el aspecto futbolístico, emocional y, por qué negarlo, el eonómico, sabe que llegar a la segunda categoría del fútbol argentino realmente es mucho más difícil de lo que parece.
Para ser finalista de uno de los Pentagonales finales del Argentino A, Crucero necesita en la última fecha ganarle a Patronato en Paraná. Como si fuera tan fácil. Volviendo a los estadistas, éstos dirán que el Colectivero ganó las últimas dos veces que jugó en la capital entrerriana. Y es verdad. Pero no hay que olvidar un par de cuestiones que parecen adquirir relevancia. Primero, que en ambos casos el técnico fue Pedro Dechat, mucho más especulativo y conservador que Raschle, a quien jugar como visitante le resultaba incluso más cómodo que jugar en Santa Inés. Y la otra tiene que ver con las condiciones en las que se dieron esos triunfos. En el primer caso, Crucero visitó el Presbítero Grella sabiendo que ya estaba clasificado y que no tenía prácticamente nada por perder. Y, se sabe, jugar sin presiones no es lo mismo que jugar con la soga al cuello, para ser un pocos más drásticos.
El segundo, y último, triunfo en Paraná, sí fue relevante porque también se dio en el Pentagonal, pero aquella vez fue en la primera fecha, donde sinceramente no se definía nada. Con estos argumentos no se trata, en lo más mínimo, de restarle importancia a esas victorias. Sobre todo porque Crucero, y este dato bien la pena guardarlo en la historia, fue el único equipo en los últimos 20 años que ganó dos veces en Paraná. Y Patronato lo sabe.
Y en este sentido sería bueno preguntarse si las estadísticas tienen validez.
Pero números aparte, no hay que ignorar otras facetas de una definición. En el juego, aunque muchos no lo quieran reconocer, Patronato está un escalón arriba que el Colectivero. No sólo mantuvo la base del equipo que año a año disputa una fase final de torneo, sino que incorporó a cuatro valores de categoría superior para fortalecer su columna vertebral. Crucero, en tanto, aún trata de encontrar una regularidad con el sistema de tres en el fondo, algo que por ahora parece un suicidio cada vez que se sale del Andrés Guacurarí.
Otra cosa: Crucero llega a Paraná con una seguidilla importante de partidos encima (cuatro en 14 días), y tendrá casi 14 horas de viaje sobre los hombros. Patronato, por su parte, descansó el fin de semana y llegará mucho más relejado, al menos físicamente.
¿Y lo económico? Para los "inocentes" no existe. Para los que están curtidos en las finales de torneo, es un tema inherente a las definiciones. Y Patronato, puede imaginarse, va a apelar a cualquier tipo de "artimaña" para no quedar eliminado ante su gente, más allá de lo que pueda hacer Diego Jara dentro de la cancha. Ojalá Crucero "entienda" de lo que se trata y también llegue bien preparado en ese sentido.

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