19 abr 2010

Diagnóstico favorable


Conforme a medias. Así habrá quedado Pata Medina y su cuerpo técnico tras el empate que consiguió Brown en Chaco ante Resistencia Central, el último domingo, por el choque de ida de las semifinales de una de las llaves del Torneo del Interior.

El 1-1 en Fontana, como resultado, tiene más características positivas que negativas, porque la revancha se disputará en Villa Urquiza la próxima semana, y el conjunto verdirrojo tendrá la oportunidad de definir la serie en casa.

Pero en cuanto a rendimiento, resulta complicado entender y explicar cómo Brown cambió tanto de un tiempo a otro.

En una cancha imposible de transitar para los que pretenden practicar “juego al ras”, los dirigidos por Medina realizaron un gran primer tiempo en la capital chaqueña. Controlaron siempre el desarrollo de las acciones, manejaron el hilo del juego y originaron al menos cinco situaciones netas de gol. Ortiz-Garay, por derecha, y Bernal-Hermosilla, por izquierda, surcaron constantemente los costados, mientras que Enrique siempre impuso su jerarquía cuando decidió centralizar el ataque. Tranquilo en la zona defensiva, más allá de algún descuido, el equipo misionero dominó a su rival del medio para arriba, y mereció, como mínimo, irse al descanso con un gol de ventaja, ya que Ober Papua, arquero local, fue el gran responsable de que todo siga 0-0.

Pero en el complemento, quizás por el calor húmedo, el pésimo estado del campo o el desgaste realizado en el segmento inicial, Brown se quedó sin respuestas físicas y futbolísticas. Tomar a Voiquevich –un delantero que sólo piensa en el arco de enfrente- se hizo cada vez más complicado. Interceptar a Villaslobas pasó a ser una cuestión difícil de resolver y controlar el empuje chaqueño un asunto delicado.

En realidad quedaron dos sensaciones en Chaco. Por lo que se vio en la primera parte, Brown no debería tener problemas en ganar la serie, porque Central no había demostrado más que ninguno de los que hasta acá habían sido sus rivales. Pero de acuerdo a lo evidenciado en el complemento, la percepción es radicalmente opuesta. Lo que falta saber es cuál de los dos mostró su verdadera cara, y en qué tiempo.

La juventud, sin dudas, dejó en evidencia la superioridad de Central en el segundo tiempo, y esto debería ser un punto a tener en cuenta pensando en la revancha.

Pieza por pieza, Brown demostró ser superior, tener mayores variantes en ataque y mayor criterio a la hora de tener la pelota. En la ida lo salvó Galeano, quien puede ser gravitante pensando, eventualmente, en una definición por penales.

Por lo pronto, teniendo en cuenta que jugó su primer cruce fuera de Misiones, que en esta etapa están los 24 mejores de los más de 200 que arrancaron el certamen y que jugó de visitante en un reducto exigente, el Verdirrojo aprobó el complicado examen escrito. Ahora falta el oral.

5 abr 2010

Cuando no queda otra que actuar contra la propia voluntad


Pasa lo que dijo Leonardo Astrada, el técnico de River.
"Ortega jugará contra Newell's". Sin dudas, sin ningún tipo de dudas para ser más contundentes, las sucesivas derrotas en el torneo Clausura dejaron al Millonario al borde del caos.
Ariel Ortega, el indiscutido ídolo del club más allá de sus interminables problemas personales con el alcohol, es la última carta de Astrada para intentar revertir este momento.
Y aunque el Burrito sea un jugador distinto, enamorado de River y capaz de exigirse de más por la camiseta, que la declaración haya sido dicha segundos después de la derrota frente a Lanús habla a las claras de que el DT quiere dar un golpe de efecto.
Si estuvo fuera de ritmo en los últimos dos meses, la semana pasada realizó sus primeros minutos de práctica con los titulares y el domingo ni siquiera fue el banco, es poco entendible por qué de un día para otro el jujeño es el primero en ser confirmado como titular para el próximo partido.
Sin respuestas por parte de sus dirigidos, el Negro sabe que, al menos de esta manera, tendrá algunos partidos más de crédito. Porque sabe que aun sin estar en su mejor nivel, el Burrito contagia no sólo a la gente sino también a sus compañeros. Astrada no desconoce el presente de Ortega. Seguramente ni siquiera lo quiere tener entre los concentrados. Pero ya se le acabaron las cartas. Y ante la pobreza futbolística que demuestran sus players en cada partido, ahora apuesta a la parte mental y psicológica como sustento salvador.
El tiempo, los rendimientos, pero sobre todo los resultados, demostrarán si la jugada le salió bien o no, en cuyo caso deberá dejar el cargo.
Pero Astrada, está claro, dejó al descubierto que a veces hay que dejar de lado una idea, una propuesta, y actuar contra la propia voluntad para encontrar una salida favorable. El Negro decide así no morir con la suya, lo que puede ser o no cuestionado. Se abre a otras alternativas. Quizá la última que encuentre.