6 ago 2012

Juegos Olímpicos: se cosecha lo que se siembra

Los Juegos Olímpicos sin dudas concitan la atención mundial. De todos, sin excepción. Porque hasta las mujeres que nunca vieron una pelota parecen saber del tema. O al menos opinan. Y está bien, porque es casi de lo único de lo que se habla por estos días. El mayor evento que alberga a los mejores atletas de cada país en cada disciplina es el epicentro de todas las miradas. En Londres están las principales figuras del mundo, los que rompen records mundiales, aquellos que inscriben sus nombres en el libro Guinness y al fin de cuentas todos los anhelan, con más chances que otros, colgarse algunas de las medallas. Todo deportista que elige una actividad sueña con llegar a estar en la Villa Olímpica. Argentina, que fue fundador del Comité Olímpico Internacional en 1894 pero que recién comenzó a competir treinta años después, tiene una delegación numerosa (137 atletas) pero con pocas expectativas de conseguir preseas. ¿Por qué? Sencillo. Más allá de lo que se piensa, un atleta olímpico no se hace de la noche a la mañana. Eso cuesta millones de dólares, nadie llega sin un trabajo serio de entrenamiento, sin una buena carga de competencia. En síntesis, sin un plan de trabajo y una política deportiva. Argentina careció durante décadas de ello. Las urgencias llevaron a usar los fondos, equivocadamente, en otros lados. En un país con problemas de alimentación y una alarmante deserción escolar, a nadie debería sorprender que menos del diez por ciento de nuestros jóvenes se encuentren federados en algún deport, mientras que en el mundo el promedio es del 25 por ciento. No faltará quien diga que hoy el COA (Comité Olímpico Argentino) tiene un presupuesto (181.000.000 de pesos) acorde a las necesidades. Y es verdad, como también que se necesitan muchos años más para que se comiencen a ver los frutos de ese trabajo. Ninguna planta da sombra cuando recién se la siembra por más abono que se le ponga. Por eso el objetivo está puesto en Brasil 2016. El básquet debió esperar veinte años para que su Liga Nacional le aportara una generación de jugadores que hizo historia y será difícil que vuelva a repetirse. Las Leonas han tenido una cultura del trabajo que no es común en nuestra tierra y así todo llegaron invitadas a estos juegos. Misiones no está ajena a esta realidad. El presupuesto es insuficiente y el aporte privado ha sido casi nulo. Nuestras representaciones deportivas están en un segundo o tercer nivel en el orden nacional y la ausencia de deportistas en Londres es una consecuencia de ello. El problema es que hasta que no entendamos dónde estamos parados, difícilmente comenzaremos a cambiar la situación y debemos estar preparados para que el árbol no nos tape el bosque, porque es posible que la medalla bronceada de Del Potro o alguna eventual del hockey o el básquet nos hagan creer que somos un país del primer mundo en materia deportiva. Y, sinceramente, nada más lejos de la realidad. Germán Lauro ganó un diploma (marcó un nuevo récord argentino) y nos emocionamos con ello. Federico Molinari accedió a las instancias finales en anillas y nos entusiasmamos. Yamil Peralta quedó en las puertas de las semifinales en el boxeo y nos lamentamos. Paula Pareto perdió en primera ronda y nos preguntamos por qué no se dio. Y en tenis de mesa hasta embanderamos al chino Liu Song, que si bien representa a Argentina de casualidad puede hablar en castellano. Del Potro ganó la primera medalla (bronce) para el país y fue noticia nacional en todos los medios. Fue tapa de todos los diarios. Todos se volvieron especialistas en tenis y algunos hasta lo definieron como el mejor deportista en argentinos en muchos años. ¿Tan mal estaremos que nos conformamos con tan poco? ¿Tenemos que acostumbrarnos a festejar logros menores? Con esto, aclaro, no quiero desacreditar el podio del tandilense, porque ganarle a Djokovic, sobre pasto, no lo consigue cualquiera. Y Del Potro lo hizo con autoridad, aunque ya había ganado parte de la medalla con el partidazo que le hizo a Federer en semis. No creo que sea casualidad, pero las restantes únicas medallas que aspiramos a conseguir están en el básquet masculino y el hockey femenino. Justamente, dos deportes que implementaron una política deportiva hace más de una década que dio muy buenos dividendos. Por historia, los rusos siempre fueron protagonistas en atletismo, porque ya en los primeros años de escuela son obligados a practicar las disciplinas de salto en alto, en largo, anillas, caballete, etcétera. Los norteamericanos también lo vienen implementando progresivamente y ahora son los chinos quienes no dejan de sorprender en las diferentes pruebas. En China y en Corea, por ejemplo, los chicos empiezan a practicar deportes a los 4 años, por lo que no sorprende que a los 15 años ya tengan chances olímpicas. En Argentina, y sobre todo en Misiones, las clases de educación física dejan mucho que desear. Dos vueltas a la manzana, un par de abdominales, otras tantas flexiones, algunos quizás se esfuerzan en la barra y listo. Pelota de fútbol o básquet y a divertirse. Está claro que, así las cosas, en fútbol y básquet Argentina siempre va a ser candidato a pelear arriba (aunque la albiceleste ni siquiera clasificó a estos Juegos después de haber ganado el oro en las últimas dos citas), pero las necesidades están a la vista. Falta apoyo, falta una política deportiva. Faltan personas capaces de ofrecer un proyecto y llevarlo a la práctica. Ojalá las cosas empiecen a cambiar a futuro, porque después de la magra cosecha que conseguirá Argentina en estos Juegos, será momento de dar un cambio de rosca.

2 jul 2012

¿Merece seguir Dechat en Crucero?

Parece mentira, pero el rumor de que Pedro Dechat dejaría de ser el técnico de Crucero del Norte en la Primera B Nacional parece cada vez más grande. Motivos no hay, más allá del de una persona, con cierto poder, que quiere acercar a un amigo como Carlos Roldán. ¿Pero merece continuar Dechat como entrenador? Sin dudas. Aunque haya cambiado bruscamente su forma de manejarse para con algunos periodistas, y haya decidido acercarse más a gente de quien en su momento desconfiaba, el ex entrenador de Boca Unidos y Textil Mandiyú de Corrientes se encuentra en estas horas en un estado de total incertidumbre, aunque las palabras de Koropeski de que “Dechat merece dirigir en el Nacional B” seguramente le habrán servido como tranquilizante. Los rumores de que Roldán, ex técnico de Guaraní y que viene de dirigir a Atlanta (que finalmente descendió a la B Metropolitana) está cerca de Santa Inés no sólo fue una afirmación contundente de la televisión pública en la previa del partido de ida entre Crucero y Brown de Madryn por la promoción, sino que se viene comentando incluso después de aquel empate/derrota en Pergamino en la definición del Undecagonal por el ascenso directo. Dechat no será un técnico que pregona el buen fútbol, tampoco es de esos carismáticos tipos que te saben entrar, pero tiene una metodología de laburo que merece ser respetada. Transmite seriedad y, sólo en excepcionales casos, se casa con algún jugador, lo que mantiene en el seno del plantel la sana competencia por un puesto. Siempre se le criticó, yo en particular, su filosofía tan conservadora de ver y entender el fútbol, aunque hay que reconocer que desde aquel primer equipo que diagramó hasta este último que logró el ascenso al Nacional B, se pudieron ver retoques que le dieron una leve verticalidad al juego. Es sincero cuando habla y su mensaje claramente se entiende, aunque no todos están de acuerdo con su equipo de trabajo y la relación que éstos mantienen con los futbolistas. Pero más allá de reconocerle una gran virtud al haber sabido sobrevivir en arenas movedizas y salir indemne de grandes nidos de víboras, Dechat merece dirigir al Colectivero en la segunda categoría del fútbol argentino por varios motivos. Primero y fundamental, porque los resultados lo acompañaron y los siguen acompañando. Aunque los dirigentes le den poca relevancia a los números, éstos hablan, y a veces por sí solo, de la eficacia de un entrenador. Dechat dirigió a Crucero en 128 partidos, contando Argentino B, Argentino A y Copa Argentina, y alcanza el 60 por ciento de efectividad, contra el corto 45 por ciento de Raschle y el muy pobre 38 por ciento de Labaroni. Ganó más del doble de los encuentros que perdió y en más de 100 partidos sumó puntos. En su primera temporada, habrá que hacer memoria, el Colectivero se quedó afuera de la definición por el ascenso por aquel recordado error del arquerito Carlos Franco en un partido clave del Pentagonal final. En el segundo año, Dechat agarró el equipo en terapia intensiva (venía de cuatro derrotas seguidas y estaba muy cerca de los puestos de promoción) y lo llevó hasta la final de la Reválida. Y esta temporada, la tercera, fue la vencida. Armó el plantel que quería, acertó con algunas incorporaciones decisivas y terminó consiguiendo el ascenso en la promoción y no el pase directo sólo por esas cosas que tiene el fútbol y que lo vuelven tan increíble. Aunque también tiene sus defectos, que van más allá de lo futbolístico, Dechat encuentra un sólido respaldo en los números. Los que avalan un cambio de timón pueden hacer hincapié en la trayectoria que tiene Roldán, quien incluso dirigió en Primera División. Pero no parece acertado querer cambiar a la persona que le dio vida al equipo y lo llevó desde lo desconocido hasta este fútbol totalmente profesionalizado y jerarquizado donde se encuentra ahora. Las próximas horas serán clave para saber el futuro.

18 jun 2012

Guaraní: la historia pone las cosas en su lugar

Y subió nomás Guaraní. A veces la historia castiga, posterga ilusiones y obliga a pagar derecho de piso, pero a la larga siempre pone las cosas en su lugar. Y el ascenso de la Franja al torneo Argentino A es el fiel reflejo de lo contradictorio y a la vez justo que es el fútbol. En realidad, lo bueno que tiene es que ofrece revancha de manera constante, y por lo general, después de varios sinsabores, siempre ofrece un banquete importante. Tras ocho temporadas en la cuarta categoría del fútbol argentino, y a casi dos décadas de los últimos partidos importantes a nivel nacional, como aquellos frente a Godoy Cruz de Mendoza y Gimnasia de Jujuy, en 1993 y 1994, Guaraní al fin se amigó con la historia. Con esa que necesariamente lo requiere un escalón más arriba, donde aparecen equipos con más tradición nacional. En un primer momento, previo al inicio del certamen, estaba todo diagramado como para tener a la Franja en la pelea seria. Con Arsenio Ribeca, un técnico serio, reconocido, laburador, frontal y un currículo que merece respeto, el rumbo tenía certezas. Plantel había, sin dudas. Se mantuvo la base del equipo anterior, llegaron hombres que ya conocen de ascensos y hazañas (Medrano, Gamarra y Escobar Fretes), se repatrió nada menos que a un Barinaga mucho más maduro y florecieron esos pibes del club, como Brzozowski, Kopp y Cardozo, entre otros, que a base de puro sacrificio y entrega le dieron mayores posibilidades al cuerpo técnico. Así empezó a forjarse el Guaraní campeón 2011-2012. Pero como todo torneo largo, repleto de obstáculos, el barco comenzó a naufragar a mitad de camino. El coordinador Osvaldo Gutiérrez, quien ahora pretende aparecer como gestor del proyecto exitoso, no tardó en ponerle palos a la rueda que empujaba Ribeca. Sus diatribas contra el entrenador, y las rápidas respuestas de éste, repercutieron drásticamente en el rendimiento del equipo, que estuvo cinco fechas sin ganar antes de que explote todo y vuele la cabeza del técnico. Gutiérrez, claramente, quería un entrenador más dócil y adaptable a sus ideas. Y apostó por la llegada de Daniel Teglia, quien tenía como máximas referencias haber dirigido a la reserva de Rosario Central. Sin los pergaminos de Ribeca, entusiasta del perfil bajo y alejado de las polémicas, Teglia cumplió a la perfección su laburo. Dejó a un lado las polémicas anteriores y se puso manos a la obra. Con un plantel ya formado, aunque herido psicológicamente, el oriundo de Villa Constitución reorganizó el rompecabezas y moldeó un equipo sobrio, con algunos cambios que fueron determinantes, como la nueva función de Cristian Barinaga como mediapunta y la consolidación de Enzo Bruno como titular. La novedosa sociedad explotó en cuestión de algunos partidos y a partir de ahí Guaraní evidenció un crecimiento tanto en el rendimiento como en los números. Nadie parece haberse percatado pero Guaraní perdió apenas dos de los últimos 22 partidos que disputó, estadística que habla a las claras de la solidez que consiguió la Franja en la segunda parte de la fase regular y, lo más importante, en la instancia decisiva del campeonato. Para entonces se sumaron al equipo Diego Salvatierra y Ricardo Argañaraz, otra pieza clave que aceitó aún más el engranaje colectivo. En el cuadrangular de la segunda ronda los fantasmas de decepciones anteriores sobrevolaron Villa Sarita tras la caída en Córdoba y el empate en casa ante For Ever. Pero cuando clasificar parecía una misión cuanto menos complicada, Guaraní demostró sus verdaderas intenciones en los últimos dos partidos como visitante, momento en el que decididamente se recibió de candidato al ganar en Chaco y Formosa. Esos dos triunfos, además de servir de inflador anímico para lo que iba a venir, fueron el comienzo de una racha invicta que aún se mantiene. En los tres cruces de playoffs (cuartos de final, semifinal y final) hizo lo que hay que hacer para proclamarse ‘candidato’. Empató afuera el primer cruce. Y después resolvió la cuestión en casa. Con sufrimiento ante Colegiales, con drama, nervios y suerte frente a Juventud Unida y con personalidad en el cierre ante San Jorge. Lo de la gente merece un párrafo aparte. La nueva generación de pibes, que vivió emociones similares más por fotos y palabras que por experiencias personales, no perdió esa idiosincrasia natural y pasional de antaño, y festejó la conquista como un sueño postergado cumplido. Misiones se regocija. La historia puso las cosas en su lugar y la tierra colorada tiene un nuevo motivo para esperanzarse. Salud campeón.

28 may 2012

La única solución es enfrentar a los barras

Los barrabravas son para el fútbol un cáncer. Son un tumor que hay que extirpar. Cirugía mayor hasta el hueso. Es la solución que imaginamos. Esta nueva generación de barras que viaja en autos de alta gama y 4x4, que son capaces de matar a "fierrazos" a otro hincha o matar de un balazo a un militante político, no podrían disfrutar del botín sin ayuda interna de los clubes. La barra es una asociación ilícita destinada a coaccionar y obtener resultados a través de la violencia. No hay que tener temor y hay que decirlo con todas las letras. Las barras en el fútbol argentino son financiadas por los dirigentes del fútbol. Sin la ayuda de los dirigentes, la barra no puede funcionar. No son víctimas, por el contrario. Los que se sientan cada semana en el Comité Ejecutivo de la AFA, son una parte fundamental del problema. Sin que ellos abran las cajas de los clubes y repartan el botín de clubes quebrados y concursados, no tiene razón de ser la barra. Por eso merece tanto elogio el accionar del presidente Javier Canteros en esa lucha por terminar con esta lacra que tanto daño le hace al fútbol argentino. Lógicamente, se supone, los barras no se van a quedar callados ni quietos ante las medidas que toma Canteros respecto a aplicarles el derecho de admisión y denunciar cada vez que aprietan dentro o fuera del club. Todos, boca para afuera, felicitan al dirigente y le brindan apoyo, pero ciertamente, a Don Julio Grondona y otros dirigentes no les debe estar haciendo ninguna gracia lo que se atrevió, seguramente por ignorancia, como él mismo lo reconoce, el propio titular del Rojo. En este sentido, no sería de extrañar que el equipo de Avellaneda empiece a pagar a partir de los próximos meses el alto costo que decidió pagar Canteros. Los barras en el fútbol argentino son impunes no por ser desconocidos, sino que por ser conocidos. A cada partido de fútbol van de la mano los dirigentes, los barras y la policía. Si en el camino aparece algún incidente, se sueltan y ya nadie se conoce. Por supuesto, hasta el próximo muerto. Sin eufemismos. Con estos dirigentes, con esta policía y sin decisión política es imposible terminar con la violencia en las canchas. Para terminar con la barra los dirigentes del fútbol deben elevar las listas de sus barras a los organismos de seguridad y aplicar el derecho de admisión. No lo hacen, no les da el cuero ni la vergüenza. Es posible, no es difícil cuando existe decisión política. Pudo lograrse en el último Vélez-Boca que se aplicó el derecho de admisión a Mauro Martín y Rafael Di Zeo, líderes de la dividida barra xeneize. La muerte de Agustín Rodríguez, el hincha de Chicago, pudo evitarse. Sólo hacía falta coraje para no pactar con los barras. Es obvio, con la misma receta no se pueden obtener resultados distintos. La nueva dirigencia de Nueva Chicago eligió pactar con los barras, y con esa receta sólo se obtiene violencia y muerte. Fieles a la hipocresía del mundo del fútbol, los dirigentes hace menos de un mes usaron a un sector de los barras para ganar las elecciones, para pegar sus afiches y para festejar juntos el triunfo. Hoy no conocen a los responsables de tanta violencia. No se puede pactar con el Diablo ni con los delincuentes. Con estos dirigentes que miran para otro lado, que alientan a la barra y que inmediatamente dicen desconocerla. Con esta policía que conoce a los barrabravas, que los busca en su guarida, los lleva y trae a la cancha pero que es incapaz de identificarlos, vamos por el peor de los caminos. Debemos ir por un camino distinto. Debemos terminar con operativos pensados en la seguridad de la barra y no en los verdaderos hinchas. Es tiempo de pensar en los inocentes, los que van por la camiseta, por el amor por el club y no por la plata que pueden robarle a la institución, como hacen los barrabravas. Esta crisis es la oportunidad para iniciar un camino distinto. Que nos haga comprender que la seguridad en el fútbol argentino es un fracaso y debemos ir por otro camino más transparente. Que nos haga olvidar de la sociedad dirigente-barrabrava. Que nos haga olvidar de la complicidad policía-barra brava. Que nos haga perdonar el silencio cómplice de la AFA ante la muerte de inocentes vinculados con la violencia en el fútbol.

20 abr 2012

OTC renueva las ilusiones de los misioneros

OTC se hace camino al andar. Y hay que reconocerlo, porque después de 17 años, el básquet misionero nunca estuvo tan cerca de recuperar su lugar en la elite nacional. La gran campaña del equipo obereño en el TNA, cuya semifinales lo tienen como protagonista, trae a la mente recuerdos que parecían archivados. Cómo olvidarse de aquel 15 de junio de 1995, cuando el equipo entonces dirigido por Rubén Magnano lograba el ascenso a la Liga Nacional tras dejar en el camino a Regatas de Mendoza en cinco apasionantes y muy parejos juegos. Este OTC, con una base más ‘extranjerizada’ que la de aquel equipo posadeño, está dejando muy bien parado al deporte misionero. Por categoría y convocatoria, se trata de lo más competitivo que tiene la provincia actualmente en materia deportiva. Y sin desconocer que afronta recién su tercera temporada en la segunda categoría del básquet argentino, es para destacar que los dirigidos por Eduardo Pfleger se hayan instalado entre los mejores cuatro del país. Esperanzarse con el ascenso no puede ser una utopía. Aunque reconociendo la mayor jerarquía, a priori, de los demás rivales (sobre todo de Unión Progresista y Argentino de Junín), el Celeste demostró que llega a la instancia decisiva del certamen en su mejor momento individual y colectivo. La mancha negra en este buen presente fue la inentendible pelea que protagonizaron hace un par de semana el yanqui Nwankwo y Martín Müller en Charata, en el tercer punto de la serie ante Italiana, pero el entrenador enfrió cabezas y acomodó nuevamente las piezas en su justo lugar. Después de zafar raspando del descenso en su primer año de competencia, el año pasado OTC llegó a clasificar, pero su sueño de pelear cosas importantes duró hasta donde dieron las capacidades individuales, valerosas pero limitadas. Pero ahora los dirigentes, esos que sí se mueven para conseguir apoyo (el aporte del Gobierno Provincial también fue fundamental), decidieron apuntar un poco más alto, arriesgar en mayor medida y formar un plantel más competitivo. Quizás no como para pelear un ascenso, pero sí para exigir hasta al rival más encumbrado. Y así se fue abriendo camino el representante misionero. Con una base prácticamente foránea (sólo el pibe Ezequiel Stadler es oriundo de la tierra colorada), el Celeste disfrutó muchas más alegrías que tristezas en la fase regular, donde incluso se aseguró con antelación un lugar en el TNA1, zona que integraban los mejores cinco de la primera fase. En dicho Pentagonal aparecieron, quizás, los primeros interrogatorios respecto a para qué estaba OTC. De local logró la fortaleza que todo candidato necesita, pero de visitante casi nunca hizo pie, incluso ante rivales de menor categoría. Cuatro victoria e igual cantidad de derrotas lo dejaron en el tercer puesto del TNA1, por lo que igual consiguió la ventaja deportiva de localía en el primer cruce de playoffs. El adversario era Italiana de Charata, ganador del TNA2, que ofreció resistencia hasta donde pudo. OTC empezó a definir la llave con sus dos victorias en casa, y aunque cedió el primer juego en Chaco, lo cerró en el cuarto, también afuera. Y ahí empezó a verse otro rendimiento fuera de Oberá, la gran cuenta pendiente. Lo mismo ocurrió en las semifinales de la zona Norte, ante Unión de Sunchales, que venía de sorprender a Estudiantes de Concordia en la instancia anterior. Los dirigidos por Pfleger no tuvieron problemas en exponer credenciales ante su gente y con el 2-0 viajaron tranquilos a la cuna láctea del país. Y se repitió la historia. Descuento en el tercer punto y sentencia en el cuarto para el 3-1 y el pase a las semifinales del certamen, donde ya se suman los mejores dos equipos de la zona Sur, históricamente más fuertes que los de la zona Norte. Ahora la envergadura de los rivales se potencia. La ventaja de localía cambia de vereda y las obligaciones también. Habrá que ver hasta dónde puede OTC contagiar sus ganas, hacerle frente a rivales con más historia e ilusionarse con un ascenso. Lo de Luz y Fuerza, que tan gratos recuerdos dejó para el deporte misionero entre 1994 y 1996, ya es pasado. Pero el presente de OTC obliga a entusiasmarse.

26 mar 2012

Gorosito, el primero en caer


La policía española detuvo al ex presidente del Club Real Arroyo Seco, Patricio Daniel Gorosito, acusado de ser cabecilla de una banda que traficaba cocaína en bolsas de carbón a Portugal.
La novedad fue difundida por la revista española Interviu y confirmada a La Capital por la jueza federal de Presidencia Roque Sáenz Peña, en Chaco, Zunilda Nirenperger, que investiga los orígenes del envío dado que la empresa sospechada de despachar la droga tiene domicilio en Quitilipi, en la provincia norteña.
"Patricio Daniel Gorosito, un argentino de 61 años, está en una prisión catalana acusado de dirigir una organización de traficantes de cocaína a la que la policía ha intervenido en Argentina y Portugal 900 kilos de droga", precisó la prensa española. En realidad son 843 kilos de esa sustancia ilícita.
La confirmación causó perplejidad en la zona por la notoriedad del detenido, ex presidente del Real Arroyo Seco, club que en 2008 vendió sus terrenos a Rosario Central en alrededor de 16 millones de pesos y se fusionó con la Academia Duchini. El club llegó a participar en el Torneo Argentino B y ahora participa en la Liga Regional Sud, de la cual Gorosito es el actual presidente.
La trama del contrabando de cocaína se conoció cuando la policía argentina recibió hace una semana la información de que siete argentinos se encontraban presos en Europa por la detección del intento de ingresar al puerto de Lisboa, en Portugal, 393 kilos de cocaína en bolsas de carbón vegetal.
En Barcelona detuvieron a Gorosito y en Las Palmas de Gran Canaria a Leonel Zanello. En Lisboa quedaron presos los cinco restantes: Leonardo Hugo Prodan, Rolando Andres Di Renzo, Matías Hernán Franchetti, Miguel Hugo Moreno y Walter González Camaño.
A raíz de este primer procedimiento se pudo desbaratar en el puerto de Buenos Aires, dos días después, un cargamento de 450 kilos de cocaína camuflados en bolsas de carbón a punto de ser exportados a Lisboa, Portugal.

De Chaco a Europa.
Se presume que Gorosito fue quien organizó el contrabando de cocaína a partir de conexiones con la empresa Carbón Vegetal del Litoral SRL, con sede en Quitilipi, Chaco. La jueza Nirenperger consignó a este diario que tanto el envío de la cocaína como el control aduanero de la carga se hicieron en Quitilipi. Por ello están presos por orden suya otras cinco personas en una cárcel chaqueña: dos controladores aduaneros, un socio gerente de la empresa sospechada, un despachante de aduana y el encargado del lugar donde se almacena el carbón.
La jueza señaló asimismo que la investigación detectó un tercer envío de cocaína con destino a Portugal que nunca llegó a destino. El cotejo de la ruta del buque donde se fletó el cargamento pasó por Santos, en Brasil, pero nunca llegó a Lisboa, su puerto de destino.

El hombre fuerte
La pregunta que latía sin respuesta certera hasta el presente es cómo prosperó un hombre que hace dos décadas tenía una vinería en Arroyo Seco llamada Patricio Primero para convertirse en un hombre acaudalado y poderoso en la zona, impulsor de la construcción de las instalaciones magníficas en 21 hectáreas de un club en medio del campo, en el kilómetro 265 de la autopista Rosario-Buenos Aires. Al cabo de ese proceso llegó a tener un vínculo próximo con el presidente de la AFA, Julio Grondona.
Los que lo conocen en su terruño señalan que el rasgo distintivo de Gorosito fue el perfil mínimo y la astucia. Nadie lo conoció públicamente hasta que formó el Real Arroyo Seco, según las voces del pueblo, con la finalidad de utilizar el fútbol para lavar dinero procedente de otros emprendimientos. Ninguna causa judicial llegó a formarse en su contra pese a que muchas veces estuvo nombrado en relación al tráfico de estupefacientes. Se le atribuyó, por ejemplo, responsabilidad al encontrarse dos avionetas en un campo a 3 kilómetros de Sanford con 400 kilos de marihuana, en septiembre de 2006, aunque nunca estuvo imputado.
Real Arroyo Seco fue fundado en 2004 por Gorosito. Un artículo publicado en este diario en junio de 2008 daba cuenta de que el club apareció de la nada, tuvo un ascenso llamativamente vertiginoso y se desarrolló a pasos agigantados en base a inyección de capitales, "luego de que su mecenas perdiera las elecciones internas en el Arroyo Seco Athletic Club, institución señera de la ciudad ubicada a 30 kilómetros de Rosario".
El estadio fue bautizado José Omar Pastoriza, "quien fuera amigo de Gorosito como el presidente de la AFA Julio Grondona, asiduo visitante al club". Las tribunas tienen capacidad para 10 mil personas y allí hizo varias veces Tiro Federal de local cuando estuvo en primera, en la temporada 2005/2006. El predio tiene todas las comodidades necesarias para un plantel de primera división, como lugares de entrenamiento, gimnasio y alojamiento de primer nivel.
Gorosito fue también en Uruguay gerente del club Deportivo Colonia. Una nota publicada en 2007 por el diario uruguayo La República en base a un informe atribuido de la Secretaría de Inteligencia del Estado de Argentina. La nota destacaba: "Perdió las elecciones en el club Arroyo Seco Atletic Club, el club tradicional de la ciudad, y armó un club modelo en menos de dos años para desarrollar sus actividades non sanctas". "Su poder es extraordinario. Tiene un estadio modelo nuevo y un equipo conformado por argentinos, brasileños y uruguayos. ¿Cómo hizo Gorosito para desarrollar este proyecto deportivo en tan poco tiempo? La respuesta, según los investigadores, es una sola: «detrás del mismo está el presidente de AFA»".

En 2005, merced de una intrepidez sin escollos, Gorosito llevó a su flamante creación, el Club Real Arroyo Seco, a la final del Torneo Argentino A. El partido definitorio era con Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay. Y surgió un problema.
Se descubrió que en el equipo arroyense jugaban seis extranjeros –tres uruguayos y tres brasileños– que no contaban con permiso laboral ni residencia regular en Argentina. En el partido de ida, Real Arroyo Seco se impuso por 3 a 0, pero el Consejo Federal de la AFA le dio por ganado el juego a los entrerrianos por 1 a 0 por indebida inclusión de los jugadores. A raudales, los comentaristas de sitios web y foros de simpatizantes acusaban, con la ligereza del anonimato, al club sancionado por estar manejado por un traficante de drogas que usaba al equipo para lavar dinero (http://tinterior.blogcindario. com/2005/05/00355-ultimomomento- real-arroyo-seco-finalista.html).
Un entrenador misionero también mantuvo estrechos vínculos con el mencionado Gorosito. En el futuro podrían aparecer pruebas incómodas.

12 mar 2012

Crucero, muy cerca de la B Nacional


Qué cerca y qué lejos a la vez. Poco gente tomó nota, pero Misiones nunca estuvo tan cerca, y habrá que ver si alguna otra vez lo estará, de tener un representante en el Nacional B de fútbol.
Arrancó el Undecagonal final del torneo Argentino A y mucha gente empieza a preguntarse de qué se trata.
Lastimosamente, y hay que reconocerlo, Misiones es una provincia que no se caracteriza por el calor que su gente pueda darle al deporte local. Sea en la disciplina que sea, sólo en excepcionales ocasiones aparece ese aliento que muchas veces es un punto a favor, y que sin dudas potencia los rendimientos individuales y colectivos.
La gente no entiende, ni hace mucho tampoco por entenderlo, qué es un Undecagonal. Sólo basta que uno le diga que son 11 equipos y que el mejor de todos logra el ascenso a la B Nacional para que recién comience a formarse una idea de lo que se está jugando.
Es cierto que los formatos de disputa de los diferentes torneos que diagrama el Consejo Federal no son los más accesibles del mundo para entender, pero también es cierto que muy poca gente, demasiada poca, se esfuerza por involucrarse en la cuestión y meterse de lleno en la materia.
Crucero, un equipo incipiente, sin mucha historia y con poca gente, está muy cerca de lograr lo que ningún equipo misionero consiguió en su historia: jugar en el Nacional B.
Las participaciones de Guaraní y Mitre en los torneos nacionales fue lo más importante que vivió en materia deportiva a nivel de clubes la tierra colorada en sus casi 60 años de vida.
Pero hoy la bandera misionera la lleva Crucero. Y sería bueno, oportuno y hasta casi decisivo para el futuro del equipo, que los amantes del fútbol nuestro apoyen masivamente al Colectivero en esta patriada rumbo a la segunda categoría del fútbol nacional.
Hay plantel, estructura y ambiciones, y un estadio colmado sería lo único que falta para conseguir ese objetivo tan postergado.
Afortunadamente, en el arranque del Undecagonal (grupo de 11 donde juegan todos contra todos a una sola rueda y el mejor asciende, para que se entienda una vez más) el estadio Andrés Guacurarí contó con un buen marco de público, y fueron cerca de cuatro mil personas las que decidieron apoyar al equipo de Santa Inés.
Es un inicio alentador. Pero a medida que vayan pasando los partidos, y si aumentan las posibilidades del abanderado de Misiones, sería muy importante que cada vez haya menos espacio disponible en el Andrés Guacurarí, sea en la popular, la platea, los palcos o colgados del alambrado.
El Colectivero ganó la primera de sus 10 finales. Le quedan otras nueve. Cinco afuera y cuatro adentro, contra los tres cordobeses (Racing, Sportivo Belgrano y Talleres) y Unión de Mar del Plata. Si gana esos 12 puntos, sumados a los tres que ya consiguió frente a San Martín de Tucumán, Crucero necesitaría sumar sólo seis de los 15 puntos como visitante para subir a la B, donde están River, Rosario Central, Gimnasia La Plata, Gimnasia de Jujuy, Instituto de Córdoba, Quilmes, Huracán, entre otros grandes del fútbol nacional.
Como el referente Guaraní en los Nacionales de 1971, 81, 82 y 85, el entusiasta Mitre en los Nacionales de 1972 y 75, el aguerrido Rosamonte de Apóstoles en el Torneo Regional de 1995, el humilde Tigre de Santo Pipó en el Argentino B de 1999 y el sacrificado Candelaria en el mismo certamen en 2004, Crucero necesita el apoyo del futbolero misionero para llegar a la B Nacional y codearse con los grandes del interior.
Los futbolistas de Crucero demostraron que en la cancha responden. Por momentos tratan de jugar bien y florece lo mejor del equipo. A veces no se puede. Pero en todos los casos salen a jugar para ganar y para poner a Crucero en el Nacional B. Un apoyo masivo sería la frutilla del postre para llegar a la elite.

24 feb 2012

Primer paso cumplido


El primer objetivo está cumplido. Y eso no debe pasar inadvertido. Ahora habrá que ajustar detalles, potenciar lo bueno que se hizo en los primeros 22 partidos del torneo y tratar de corregir los errores que pusieron un manto de dudas en algunos juegos.
Crucero del Norte ya tiene su lugar en la fase decisiva del torneo Argentino A, es el primer clasificado al Undecagonal final y, estadísticamente, es el mejor equipo de la tabla general con más victorias que cualquier otro.
Resulta inevitable, a esta altura de los acontecimientos, marcar un paralelismo entre esta realidad y la que le tocó vivir al Colectivero en su primera temporada en el Argentino A, hace un par de años. En aquella oportunidad, el equipo dirigido por Dechat ganó de punta a punta la fase regular, pero tropezó en el pentagonal y le dijo adiós a la chance del ascenso directo.
Esta vez las cosas pintan similares. Sin embargo, hay argumentos que fortalecen las posibilidades del equipo. Y puntos débiles también, claro está.
A favor están las variantes, en cantidad y calidad. Ante la ausencia de uno, sea en el puesto que sea, el sustituto siempre rinde en la medida de lo esperado.
Si faltan Mosevich y Romero, entre los relevos aparece un diestro o un zurdo para suplir al titular.
En el medio abundan los volantes centrales. Además de Marczuk, Cabrera y Nievas Escobar, se recuperó Franco Amaya y se sumó Luis Pérez Araya como eventuales opciones. Motta se afianzó por izquierda y Pey Brítez es fija por derecha, sin olvidar el vértigo que puede dar Juan Cabrera o la irreverencia de Maxi Batista. Y más arriba, además del dúo Márquez-Martínez, aparece Zampedri como primera variante de peligro.
Este equipo es más ambicioso que aquél post ascenso, más agresivo y decidido. Pero esto, consecuentemente, por momentos lleva a perder el orden y arriesgar más de lo necesario. Aún sigue vigente el cuestionado 4-4-2 que logró el ascenso en 2009.
Este esquema ahora cuenta con dos carrileros incisivos y un Cuqui Márquez decisivo tanto en lo individual como en lo colectivo, pero no se muestra tan sólido desde el fondo, justamente por esa idea de pensar más en el arco de enfrente.
Antes muy defensivo y ahora muy desequilibrado podrá pensar el DT colectivero; y algo de eso hay. De todos modos, en varios partidos de la presente temporada Crucero se mostró balanceado y aplomado, dominó al rival y manejó el partido como pretende. No es fácil, pero cuando se logra, florece ese equipo que con chapa de candidato que ya se ganó el respeto de todos.
Por presente y realidad, hoy Crucero es más que varios ‘grosos’ del ascenso, como San Martín de Tucumán, Talleres de Córdoba, Gimnasia y Tiro y Juventud Antoniana de Salta y Racing de Córdoba, por citar sólo a algunos.
Dio el primer paso. Junto a Douglas Haig de Pergamino, el otro que avanzó de instancia de manera anticipada en la zona Sur, espera por los restantes nueve equipos que buscarán ese soñado ascenso a la Primero B Nacional.
Y aunque aún falte el cruce con los santiagueños afuera y el choque con Antoniana en casa, las miradas ahora apuntan un poco más allá del primer objetivo, donde el horizonte sólo guarda un lugar para el que menos se equivoca.

6 feb 2012

Aún falta para volver a la elite


Cuando arrancó el Torneo Federal, no hacía falta ser un licenciado en materia basquetbolística para entender las complicaciones que tendrían los representantes misioneros para poder afrontar dicho certamen nacional.
No en vano se bajó Tirica, campeón provincial, consciente de las posibilidades económicas que requiere tal competencia.
Tokio y Mitre hicieron un esfuerzo y decidieron participar, pero por estas horas andan pagando aquel precio que otros prefirieron no afrontar.
El caso del Japonés es el más meritorio de los dos, porque con pibes ‘made in Misiones’ está peleando por la clasificación, aunque en cada viaje deja en evidencia las dificultades para poder jugar. El equipo dirigido por Juan José Bidarra viene de perder su primer partido como local en el torneo, tras ocho triunfos al hilo, pero sólo cosechó derrotas cada vez que salió de Misiones. Así y todo, Tokio actualmente se ubica segundo en las posiciones y mantiene chances de meterse entre los cuatro primeros que seguirán jugando por el ascenso, aunque tiene un par de encuentros más disputados que los equipos de la Región Norte.
Pero demostró Tokio que depende demasiado de lo que haga Matías Caramuto, el ‘veterano’ base japonés que tiene una media de 25 puntos por juego.
Y contra Independiente de Santiago del Estero, en lo que fue su primera caída en el Templo Oriental, esta situación quedó en evidencia de principio a fin. El jugador estuvo involucrado en los incidentes del duelo frente a Talleres de Tafí Viejo, el viernes pasado, y fue suspendido provisionalmente, aunque todo indica que recibiría una dura sanción y se perdería lo que resta de la temporada.
Ante este panorama, las expectativas del equipo disminuyen considerablemente, sobre todo teniendo en cuenta que el Japonés perdió todos sus partidos cuando el base estuvo ausente.
De todas maneras, como el objetivo primordial pasa por mantener la categoría en el tercer escalón del básquet nacional, la campaña es más que meritoria más allá de los resultados que vengan de acá al final, ya que está prácticamente salvado de perder la categoría.
Está salvado porque el otro equipo posadeño, Bartolomé Mitre, compró casi todos los boletos para adueñarse de esa plaza indeseable. Con una sola victoria y 18 derrotas, el Auriazul es, al menos en los números, el peor de todos los equipos del torneo, y necesita algo más que un milagro para conservar su lugar en la competencia.
Mitre, que encima se quedó sin entrenador el último domingo tras la inverisímil caída como local ante Talleres de Tafí Viejo, perdió los siete partidos que disputó en la segunda fase, y ahora se ubica a cuatro puntos de Sarmiento de Formosa, el rival con el que pelea mano a mano por evitar la pérdida de categoría.
El conjunto formoseño reúne 24 puntos en 18 partidos (sumando los puntos de ambas fases), mientras que Mitre tiene 20 en 19 partidos. En el mejor de los casos, y a la espera de una derrota formoseña en el pendiente, el equipo que en este torneo ya dirigieron Javier Stassi y Juan José Diéguez quedará a cinco de su rival directo, por lo que Mitre debería ganar cinco encuentros y Sarmiento perder la misma cantidad sólo para igualar condiciones.
Lo llamativo es encontrar argumentos para explicar el mal momento. Porque Cristian Diesel sin dudas es un valor de nivel superior, aunque por momentos cae en la irregularidad. Es verdad que se trata de un plantel sin altura, pero tiene herramientas para lastimar desde el perímetro, con el propio base eldoradense, Gabriel Pared, Federico Magallanes, Francisco Stassi, Facundo Barreyro y hasta Juan Pablo Rojas, que se sumó al equipo para la segunda fase, al igual que Soczyuk y Kosnicki.
También se trata de un equipo made in ‘tierra colorada’, pero que claramente nunca pudo ensamblarse como ‘equipo’ sino como suma de individualidades. Nombre por nombre da la sensación de que Misiones tiene buen material, pero cuando aparece la competencia interprovincial florecen esas diferencias de nivel que impiden que Posadas tenga su lugar en la elite.
Habrá que seguir trabajando, apostando a proyectos a largo plazo y fomentando a los valores locales, pero también buscando alternativas de apoyo para recuperar ese lugar que dejó Luz y Fuerza a fines de los 90'.