22 ago 2011

Un comienzo con claros y oscuros


La jerarquía de los refuerzos, el nuevo esquema pensado por Dechat, la respuesta del público, el nivel de un rival que venía del Nacional B. Se había generado una expectativa importante en la previa del debut de Crucero del Norte en el torneo Argentino A.
Y los primeros 90 minutos del Colectivero en su tercera temporada en la tercera categoría del fútbol argentino no terminaron por conformar en líneas generales, ya que se vieron pequeñas nuevas cosas y algunos de los errores que se venían cometiendo en partidos anteriores.
Si hay que desmenuzar el análisis, la balanza no termina por inclinarse hacia u otro lado.
Teniendo en cuenta que el público misionero no se caracteriza por acompañar a los equipos misioneros, excepto que se trate de un encuentro definitorio, vale destacar que un hubo un número significativo de ‘futboleros’. Quizás por la ilusión que genera todo debut, o quizás porque enfrente estaba un equipo que hace un par de meses jugaba en el Nacional B, no fue tan común ver en Santa Inés por lo menos a 1500 personas que desafiaron al frío.
Adentro de la cancha, en tanto, no se vio un Crucero avasallante, aunque tampoco a un equipo sin ideas, desdibujado y confundido. O sea, se vio algo en formación.
De los seis futbolistas que hicieron su estreno, tres de ellos ya habían jugado en Santa Inés. Gabriel Tomasini, Gabriel Mosevich y Gonzalo Del Bono cumplieron en menor o mayor medida, pero todos pueden dar un poco más. El central sobresalió en el juego aéreo defensivo; el lateral le dio vida nuevamente al sector derecho de la cancha, que se había desactivado con la llegada de Peirone, mientras que el atacante rafaelino peleó mucho pero lastimó poco, aunque tuvo la más clara con un cabezazo al travesaño.
Pero lo más importante pasaba por ver cómo iba a funcionar ese 4-3-1-2 que tenía en mente el técnico. Muchos entrenadores prefieren ‘morir con la suya’ antes que ir contra su voluntad y modificar un sistema de juego. Sinceramente, me parece que cambiar no significa resignar nada. Sobre todo si se quiere cambiar para buscar algo mejor. Y si Dechat pensó en modificar la forma de jugar del Colectivero, seguramente se habrá convencido de que tiene jugadores como para hacerlo. En ese sentido, aplaudo la decisión más allá de los resultados que vengan después. Porque se puede perder, pero hay maneras y maneras. De hecho, Dechat logró un ascenso con el tradicional 4-4-2, que no gustaba, pero era sumamente pragmático. Y teniendo en cuenta que los resultados mandan, nadie pudo cuestionar su forma de pensar el fútbol. Como tampoco debiera cuestionarse ahora. Son gustos, con los que se puede coincidir o no, pero que hay que respetar, porque el fútbol no tiene fórmulas; mucho menos los resultados.
Pero volviendo al más ‘abierto’ 4-3-1-2, quedó claro que aún falta mecánica, aceitar el engranaje y buscar los mejores intérpretes para llevarlo a cabo.
Soto es un jugador distinto, sin dudas. En cuestión de milésimas puede dejar mano a mano a cualquier delantero. Juega con la cabeza, y siempre hace una lectura previa antes de ejecutar. Pero pierde en las divididas, pierde en velocidad y le cuesta despegarse cuando le asignan una marca personal. Así, el paraguayo claramente debe contar con un socio en la zona de gestación.
Y Del Bono y Leandro Martínez no tienen características parecidas, aunque al rafaelino le gusta retroceder metros para tener contacto con la pelota.
Dechat, a diferencia de torneos anteriores, tiene motivos como para estar más tranquilo que antes, porque ahora tiene recambio en cantidad y calidad. No es lo mismo, con el respeto que merecen esos nombres, mirar el banco de suplentes y tener como opciones a Monesterolo y Guillermo Álvarez que a Martín Martínez, Troche y el Cuqui Márquez, que ya saben lo que es ganar partidos ‘solos’.
El 4-3-1-2, además, obligará a correr aún más a Carlos Marczuk o quienquiera que sea el mediocampista central, ya que no es lo mismo recorrer en soledad la cancha transversalmente que compartir esa tarea con el doble cinco, tal como se estaba acostumbrado. Y esto más allá de que ambos carrileros prioricen la marca por sobre la creación, porque el desgaste termina pasando factura, tarde o temprano.
En cuanto a los ‘nuevos’, lo mejor lo ofreció el cordobés Pablo Motta, que se mostró como un típico volante polifuncional al que le gusta raspar y sumarse al juego, tal como lo hace Polaquito Cabrera cada vez que le toca jugar.
Rolando Ricardone, histórico lateral derecho o en su defecto marcador central, bailó con la más fea al ubicarse por izquierda, aunque respondió con criterio en cada corte. Es verdad que no lo exigieron demasiado (no es lo mismo ser local o visitante en ese puesto), pero mostró su característica rudeza y empujó al equipo cuando ganaba Tiro Federal, lo que habla de un futbolista ‘líder’, de esos que le gustan a cualquier entrenador.
El más flojo fue Leandro Martínez, uno de los seis atacantes del equipo. Pero flojo no por lo que ofreció, sino por lo que no le dejaron mostrar. Casi no tuvo contacto con la pelota, no tuvo peso fuera del área y ni siquiera tuvo una chance como para juzgarlo. Sin embargo, se destacó por su juego aéreo al momento de defender pelotas ajenas.
Por otra parte, no hay que dejar de lado el rival. Tiro Federal no tiene la historia de Talleres de Córdoba ni la de San Martín de Tucumán, pero es el único que viene de jugar en la B Nacional. Y los once que jugaron en Santa Inés tuvieron acción en esa categoría hace pocos meses. Incluso, Luciano De Bruno, que ingresó desde el banco, tiene una dilatada trayectoria en Primera y B Nacional.
Ni bien terminó el partido el 1-1 tenía más gusto a derrota que a otra cosa, sobre todo porque Crucero fue superior, fue más agresivo y originó las situaciones más claras. Aunque hay que reconocer que otra hubiera sido la historia si Armani no definía tan mal frente a Gaona lo que era el 2-0 o si el línea acertaba y no convalidaba el empate parcial de Mosevich.
Pero como seis de los cinco partidos de la zona Norte finalizaron iguales, es bueno saber que tras la primera fecha todo quedó prácticamente como estaba.
Aún falta para saber quiénes llevarán la insignia de candidatos, pero todo indica que la paridad estará a la orden del día.

13 ago 2011

Mejor repartir para todos


Me acuerdo cómo aplaudí interiormente cuando el año pasado conocí la noticia de que el gobierno provincial aportaba 500 mil pesos para que OTC pueda afrontar su tercera temporada en el Torneo Nacional de Ascenso.
Lo más importante que tiene Misiones colectivamente en materia deportiva mantenía su lugar en la segunda categoría del básquet argentino gracias al aporte estatal, algo que se venía pidiendo a gritos desde hace años.
Sabido es que solamente con el apoyo económico de algunos empresarios o comerciantes amigos no alcanza para que un club pueda afrontar un certamen nacional. Sea en el deporte que sea, cualquier entidad deportiva que debe trasponer los límites de la provincia en un torneo relativamente largo necesita arriba de los 250 mil pesos sólo para poder participar. Lógicamente, el presupuesto asciende a medida que los objetivos deportivos son más ambiciosos.
En las últimas horas, el actual mandatario provincial dio luz verde a otros 500 mil pesos para la campaña del Celeste en el TNA, por lo que los dirigentes del equipo obereño podrán formar un plantel considerablemente competitivo, con importantes chances de ascender al círculo mayor del básquet argentino.
La noticia es buena. Muy buena. Genial, para ser bien claros.
El amante del básquet recordará, como lo hago yo, las grandes satisfacciones que nos brindó Luz y Fuerza allá por 1996, cuando jugaba la Liga Nacional en el Polideportivo El Zaimán contra los ‘grossos’ del país, como Atenas de Córdoba, Quilmes y Peñarol de Mar del Plata, Independiente de General Pico y Olimpia de Venado Tuerto, quien se quedaría con el título.
De la mano de Rubén Magnano, quien llegó a Misiones tras ser asistente en la selección juvenil argentina, el equipo eléctrico fue sensación en esa campaña, ganó sus primeros partidos como visitante y en su estreno como local se ganó a todo el público misionero. Matías Caramuto y Raúl Tarnowyk (jóvenes promesas entonces, veteranos vigentes hoy) se dieron el gusto de jugar una Liga Nacional junto a, ¡¡cómo olvidarlos!!, Jerome Mincy, Fernando Posetto, Miguel Zandomeni, Mario Milanesio, Herb “Paco” Blut y Marcos Nóbile, entre otros.
Bueno, pero más allá de que los recuerdos me hagan perder el hilo conductor, el tema tiene que ver con otra cosa. Ojalá que OTC ascienda, y no tengo dudas de que si realmente los dirigentes saben administrar e invertir el apoyo gubernamental así será, pero que bueno sería que no muera todo en la Capital del Monte.
En muchos lugares del interior de Misiones se quejan con frecuencia de que Dios atiende en Posadas. Dios es el Gobierno. Y con esta doble medida de la Renovación queda claro que no es tan así. O que si es así, las sucursales a veces manejan más y mejor el dinero que el Banco Central.
Esto viene a colación porque en las últimas horas los dirigentes de Mitre dieron un ultimátum. ‘Si no conseguimos apoyo del gobierno lastimosamente nos vamos a bajar del Torneo Federal’, dijo el presidente Mariano Soczyuk. El Auriazul tuvo que definir en un Repechaje su lugar en la tercera categoría del básquet argentino, pero sus conductores se tomarán hasta el lunes para definir cómo sigue esta historia. Claro, el domingo son las elecciones. Pequeño detalle. Quizás por este mismo motivo apareció un maletín con alrededor de 100 mil verdes en Oberá.
Y aunque sean más relevantes las consecuencias que las causas que visten esta realidad, sería oportuno que los gobernantes de turno no se olviden de que en Posadas también hay necesitados. Y Mitre es uno de ellos. En Jujuy y La Rioja no necesitan 500 mil pesos para afrontar el Torneo Federal. Con menos de la mitad, uno de los dos representantes misioneros en la ex Liga B bien podría dejar en alto el prestigio del baloncesto colorado.
La torta, bien repartida, dejaría más conforme a todos.

9 ago 2011

Producir sentido desde la mala leche



El verdadero periodismo parece estar en caída libre. El libertinaje periodístico con el que se manejan algunos realmente da pena. No es noticia que algunos periodistas se sientan realizados al obrar de mala leche, pero existen casos donde se traspasan los límites.
Como periodista y comunicador que soy, me pareció totalmente miserable la noticia que emitió el periodista Martín Liberman en la señal de Fox Sports en las últimas horas. En realidad, de noticia no tuvo nada. Pero para que el lector empiece a comprender de lo que le hablo, primero resulta necesario ver y escuchar el video en cuestión (http://www.foxsportsla.com/futbol/Messi-fumando-Polemica-dudas-intriga...-20110808-0070.html).
Para los que quieran creer, que crean, como reza una conocida frase. Pero para los que vamos un poco más allá, y queremos dejar en evidencia actitudes desleales, nada mejor que tomar este ejemplo.
Hay periodistas y periodistas, claramente. Y hay medios y medios, obviamente. Y en este sentido, cuando un periodista mala leche (entiéndase desleal, malicioso, perverso) encuentra su lugar en un medio decidido a romper códigos sólo por el hecho de ‘vender’ más, se forma un cóctel explosivo que muestra lo peor de una profesión a esta altura entendiblemente bastardeada.
Sabido es, para los que más o menos seguimos sus pasos, que el Colorado Liberman no se destaca por sus prodigiosas y extraordinarias cualidades periodísticas, pero ahora quedó en evidencia que hasta puede penar como presentador de noticias.
En cuanto a la información, más relacionada al ámbito de la farándula que del deporte si vamos al caso, claramente hay mala intención. El periodista acusa directamente a Lionel Messi de ‘estar fumando’. Y a decir verdad, observando en otras imágenes de primer plano, se nota que se trata de una golosina y no de un cigarrillo. Y en el caso de que realmente fuese un cigarrillo, nada indica que esté encendido, y mucho menos que el crack del Barcelona esté inhalando el humo.
Más allá de la siniestra actitud del periodista, lo peor del caso es que la cadena internacional Fox Sports se prenda en la desgracia, reflejando el escaso respeto que se tienen a cuestiones íntimas.
La familia Messi seguro tomará cartas en el asunto y buscará en la justicia castigar al medio televisivo. Pero Fox igual sabe, que aunque el daño ya está hecho, sacó réditos al momento de dar a conocer una infamia vestida de ‘noticia’.
Pero cuando escasea la producción de noticias, cuando se quieren tirar ‘bombas’ sin pólvora, como en este caso, pasan cosas como estas. Hablar mal del mejor jugador del mundo, con fotografías exageradamente rebuscadas y sin ningún tipo de pruebas sólidas que reivindiquen lo que se dice, pasa a ser un recurso periodístico sin razón de ser.
Cómo no entender a Messi después. Cómo no poder darle la razón cuando vemos que en su propio país lo tirar a matar. Lo defenestran, lo ensucian, lo hacen hacerse odiar. Algunos, me animo a decir la gran minoría, por suerte podemos discernir entre lo que realmente es y aquello que nos quieren mostrar. Pero los crédulos, los ingenuos, los que no terminan de valorar al crack rosarino, terminan comprando este discurso, potenciando así su bronca interna.
Quería sólo dejar en evidencia cómo, a partir de una inocente fotografía, se puede producir sentido. Desde la mala leche, lógicamente.

1 ago 2011

La mejor noticia: marcha atrás al proyecto del nuevo torneo


Parece que se dio cuenta el tipo, eso hay que valorarlo. O quizás lo obligaron a darse cuenta. No desde el fútbol claro, porque no existe quien sea capaz siquiera de cuestionarlo, pero sí desde el Gobierno Nacional. Pero el proyecto que había pensado Julio Grondona finalmente no se llevará a cabo. Gracias a Dios. El dueño de la pelota en Argentina confirmó que hay marcha atrás con la iniciativa de llevar adelante un torneo conjunto de 38 equipos para la temporada 2012-2013.
Luego de haber anunciado casi con bombos y platillos una reestructuración casi radical del fútbol argentino, los dirigentes de la Afa, vaya uno a saber si forzados por los políticos de turno, dejaron en nada ese proyecto que se había aprobado de manera casi unánime por todos los clubes hace dos semanas.
Los 600 millones de pesos que estaba dispuesto a aportar el Gobierno Nacional a los 600 que ya había destinado en su momento, iluminaron los ojos de prácticamente todos los dirigentes del fútbol argentino. Eliminar la B Nacional, acoplar los equipos de esa divisional a los 20 de Primera y diagramar un torneo conjunto con 38 equipos, además de suprimir los promedios, les daba la chance de ascender a 18 equipos, de evitar el descenso a otros 20 y hacer zafar de una situación complicada en los promedios nada menos que a Boca, Racing y San Lorenzo.
De un día para otro los ingresos se multiplicarían y los ascensos también. La medida beneficiaría también, por ende, a los equipos del torneo Argentino A y B, B Metropolitana, C y D, que evitarían un escalón a la hora de ascender posiciones. Imposible decirle que no a semejante propuesta.
Pero en este gran negocio que se estaba planificando los dirigentes no tuvieron en cuenta el aspecto quizás más importante: el deportivo.
Y lo empezaron a interpretar con el correr de los días, porque la gente así lo hizo saber. El 85 por ciento de los ‘futboleros’ nacionales, lugar en el que me incluyo, se mostró en contra de revolucionar el mundo de la pelota, fundamentalmente porque entendía que todo respondía a cuestiones ajenas a lo deportivo.
La necesidad de tener lo más rápido posible de nuevo a River en la A, de darles una mano a otros equipos importantes que habían descendido, como Gimnasia, Huracán y Quilmes, salvaguardar de una situación crítica a Boca, San Lorenzo y Racing, que empezarán la temporada en una situación incómoda, otorgar 16 ascensos directos, ayudar a las arcas económicas de los clubes, entre otras cuestiones, y todo esto a pocos meses de las elecciones presidenciales en la Afa, no fue bien visto por el común de la gente.
Es verdad que desde hace tiempo se vienen pensando cambios importantes en los diferentes torneos nacionales, pero esta vez fue el contexto el que no ayudó a llevarlos a la práctica.
La gente vio que lo que se aprobó entre gallos y medianoche fue casi lo mismo que un decreto de necesidad y urgencia, donde lo primordial pasaba por “ayudar” a algunos clubes, aprovechando, claro, el importante aporte que estaba dispuesto a aportar el Estado.
No suena sincera la frase (“estoy contento porque el torneo va a quedar como estaba”) que dijo Grondona ayer, al momento de confirmar que el proyecto se caía, sobre todo porque él mismo había explicado todos los beneficios, bienes y favores que traería este novedoso certamen que se quiso implementar, sin tener en cuenta, entre otras cuestiones, el tema del operativo policial que difícilmente iba a poder llevarse a cabo.
No es verdad, como dicen muchos, que el país nunca vivió una situación similar con un torneo de tantos equipos, porque ya en la década del ’30, cuando se fusionaron las dos Asociaciones argentinas, se disputó un torneo con 36 equipos, que rápidamente debió esfumarse justamente por algunos problemas en su conformación.
En este caso poco importan las causas, sí las consecuencias. Y que finalmente todo quede como está es lo mejor que le puede pasar al fútbol argentino, más allá de que los dirigentes se queden con las ganas de tener en sus manos esos $$$ con los que ya contaban.
Que quede todo como estaba también es un premio para los que hacen bien las cosas, para los que mantienen una economía controlada, los que no derrochan, los que invierten, los que piensan en las inferiores, en las finanzas, los números, los que hicieron méritos. En fin, para los que saber gobernar.
No iba a ser justo, por ejemplo, que clubes como Godoy Cruz, Lanús, Vélez y Estudiantes, que se esfuerzan para no gastar de más y evitar ahorcar sus economías, vean que el Estado entrega ‘subsidios especiales’ a clubes como River, Boca, Independiente y San Lorenzo, entre otros, que no se cansan de equivocar reiteradamente sus políticas financieras.
Y justicia también en lo deportivo, obviamente. Si descendió River, lástima. Si Boca, San Lorenzo y Racing están complicados, lástima. Si el toca al Rojo, que le toque. En fin, si tienen que sufrir, que sufran. Tal como lo hicieron en su momento y a lo largo de la historia otros cientos de equipos.
Nadie desconoce todo lo que significan Millonarios y Xeneizes para el merchandising, para la televisión y los medios, pero nada mejor que tratarlos igual que al resto para que se pueda ver un fútbol más parejo, equilibrado y justo. Como debiera ser, al fin y al cabo.