28 mar 2011

Crucero: un presente difícil de entender


Se terminó la fase regular. Se renovaron los ánimos. Se cambió el objetivo y hasta se empezó de cero. Pero definitivamente nada cambió en Crucero.
El inicio de la Reválida fue tan oscuro como el rendimiento que tuvo el equipo a lo largo de la etapa clasificatoria del torneo Argentino A. La falta de gol pareciera ser un problema insolucionable y las variantes dispuestas por el técnico Pedro Dechat no encuentran receptores adecuados.
La derrota 1-0 en Concepción del Uruguay frente a Gimnasia, en el arranque del Pentagonal en busca de la promoción, fue un capítulo más del libro gordo del Colectivero.
El mini torneo de 10 fechas y cinco equipos donde sólo el mejor clasifica a los playoffs da la sensación de no ser siquiera un torneo consuelo para el representante misionero. Es verdad que no haber accedido al grupo de los mejores nueve que juegan por el ascenso directo a la B Nacional fue un duro golpe en el seno del plantel de Santa Inés, pero está a la vista que esta versión de Crucero piensa más en la temporada que viene que en lo que pudiera llegar a hacer en la Reválida.
En Concepción del Uruguay, la Capital de la Cultura, como la llaman en aquellos pagos, el Colectivero desplegó lo que hizo en la mayor parte de sus partidos, es decir, muy poco. En cuanto a juego, variantes y actitud, el equipo quedó en deuda, no dio pie con bola y le facilitó enormemente las cosas a Gimnasia, equipo que antes no sabía lo que era ganarle y que ahora lleva dos triunfos seguidos frente a Crucero en menos de un mes.
Con Gaona como figura el equipo de Garupá aguantó hasta donde pudo, pero promediando el complemento Walter Bravo probó con un bombazo de media distancia y eso alcanzó para que la idea de juego se venga abajo como castillo de naipes.
Crucero no agredió, fue inconsistente colectivamente y padeció horrores la falta de poder ofensivo, lo que llevó al equipo a ser uno de los menos goleadores de los 24 que componen la tercera categoría del fútbol argentino.
Pero la historia viene mal parida desde hace tiempo. Los cuatro técnicos que pasaron por el club a lo largo de la temporada quisieron imprimirle cada uno un mensaje distinto a los jugadores, y evidentemente eso no hizo más que revolucionar cada pensamiento y hacer que las ideas se desplacen en una pista como autitos chocadores.
Por momentos pareciera que falta profesionalismo, tal como lo hizo notar el propio Julio Koropeski en su momento. Expulsiones totalmente infantiles, reacciones incomprensibles y niveles desconcertantes podrían ser argumentos valederos para entender este presente, que algunos en su momento intentaron direccionar hacia la mala suerte.
Lo más llamativo es que la entidad de Santa Inés cuenta con los elementos como para esquivar este incómodo y poco alentador presente. No cualquier plantel cuenta con tantos jugadores de experiencia y con pasado en primera división, como Julio Gaona, Gustavo Semino, Matto González, Carlos Marczuk, Lucas Rodríguez y Derlis Soto, con las comodidades que hay en el Andrés Guacurarí y las posibilidades de trabajar en tranquilidad, sin barras presionando en cada práctica.
Fueron prácticamente estos mismos jugadores los que brillaron en la campaña del Argentino B que derivó en el ascenso y fue el mismo entrenador (no el mismo cuerpo técnico, vale aclararlo) el que lo puso en el Argentino A. Pero esta vez las cosas no están saliendo. Los que llegaron como refuerzos pocas veces rindieron, es verdad, a excepción del Cuqui Márquez, el hombre más peligroso del equipo. Se fue Mosevich, jugador insustituible si los hay (al margen de sus reacciones también pocas veces entendibles), y también emigraron los goles de Marzo.
Este plantel tiene más jerarquía que aquél, pero claramente no el mismo hambre de gloria. No alcanza con pagar bien, exigir aquello que no se quiera hacer u obligar a jugar de tal o cual manera. Esto se revierte con sinceridad y ganas internas de querer cambiar las cosas. Tocándole el orgullo (más que los bolsillos) a los jugadores, porque Crucero no es menos ni siquiera que Brown de Madryn, el mejor equipo de la fase regular.
Se habla de recambio. De limpieza, para ser más contundentes. Y eso quizás intranquilice a más de uno. Pero son ellos, los propios jugadores, los que pueden seguir forjando su futuro. Demostrarlo ante Antoniana, el fin de semana que viene en Santa Inés, será el gran desafío.

Cuando los títulos cotizan en millones


La pregunta es simple: ¿el que más gana es el mejor entrenador?. Uno podría decir rápidamente que sí, pero también el argumento lo encontraríamos en los buenos agentes o empresarios que los llevan de un lado al otro del continente europeo. También está muy claro que los títulos conseguidos aseguran buenos contratos. Vayamos a los números.
José Mourinho es el mejor pago y gana anualmente unos 13,5 millones de euros. En su hoja de vida dice que lleva 515 partidos al frente Unión Leiria, Benfica, Porto, Chelsea, Inter y Real Madrid. Lo avalan 18 títulos, entre ellos 2 Champions League y una Copa UEFA. Anteriormente fue asistente de Bobby Robson y Louis Van Gaal. Es dueño de un invicto de 151 partidos jugando de local y no pierde en esa condición desde el 22 de febrero de 2002. Ese día dirigiendo Porto cayó ante Beira Mar 3-2. Sin dudas es dueño de un estilo muy particular. Defiende a sus jugadores y absorbe permanentemente a presión.
Josep Guardiola embolsa 10,5 millones por año. Es el hombre que cambió la historia del Barcelona. Llegó en el verano de 2008 y desde entonces ha ganado 8 títulos en 167 partidos. En casi 3 años ha batido todo tipo de records. Pep es tranquilo, difícilmente se lo vea exaltado o contestatario. Dicen que es paternalista y sus jugadores se desviven por él. Salvo Zlatan Ibrahimovic no hay ningún futbolista que haya pasado por sus manos que hable u opine mal de su persona o de su forma de manejarse con el grupo. Guardiola es pretendido por otros grandes de Europa, pero su vida esta históricamente ligada al Barcelona y de allí parece que jamás se moverá. Títulos como el de la Champions League o el Mundial de Clubes sobresalen en su trayectoria que cuenta con otros 16 campeonatos logrados como futbolista.
Fabio Capello es un duro. Ya lo era en sus tiempos de jugador. Muy reconocido pero a la vez dueño de un estilo controvertido. Polémico y peleador por excelencia vive enfrentándose a todos. Esa metodología de trabajo le dio mucho resultado. Acumula 13 títulos en 777 partidos dirigidos. Pasó con éxito por Milán, Roma, Juventus y Real Madrid.
Actualmente cobra 8,5 millones de euros por estar al frente de la selección de Inglaterra. Fue el entrenador del extraordinario equipo del Milán que estuvo 58 partidos sin perder entre el 19 de mayo de 1991 y el 21 de marzo de 1993. Capello fue el entrenador de aquella magnífica final en Atenas cuando el Milan vapuleó al Barcelona de Johan Cruyff 4-0. En Juventus los 2 títulos ganados fueron revocados por el escándalo de las apuestas. Campeón con la Roma y campeón con el Real Madrid. Dentro de su derrotero está la eliminación de Inglaterra en el último Mundial en los octavos de final.
Sir Alex Ferguson es entrenador pero a su vez docente. Acumula 1852 partidos al frente de Stirlingshire, St. Mirren, Aberdeen, la selección de Escocia y Manchester United con 41 títulos en su haber. Está a punto de cumplir 25 años consecutivos al frente del United y percibe 6,9 millones de euros anuales. Se lo ve tranquilo y paciente aunque quienes pasaron por sus manos aseguran que muchas veces pierde la línea dentro del vestuario ante un resultado adverso.
Arsene Wenger es otro ícono dentro del mundo de los entrenadores europeos. Desde 1984 a la fecha suma 15 títulos en 1318 partidos en Francia, Japón e Inglaterra. Arsenal le paga 6,6 millones por año. A diferencia de los otros entrenadores, Wenger es un gran captador de talentos. Jugadores como Cesc Fabregas, Robin Van Persie y Samir Nasri entre otros llegaron muy jóvenes al club inglés y él supo proyectarlos y a muchos hacerlos campeones.
Rafa Benítez hoy está desocupado pero sigue cobrando 10,5 millones de euros de las arcas del Inter. Su currículum dice que dirigió 824 partidos y que consiguió 9 títulos.
Jorge Valdano ha conseguido títulos y un gran reconocimiento, aunque hoy está alejado de la actividad por más que sigue ligado al mundo del fútbol desde otra área. Manuel Pellegrini, Luis Felipe Scolari y Héctor Cúper son los otros entrenadores sudamericanos que más han trascendido. Otros como César Menotti, Carlos Bilardo, Alfio Basile, Néstor Gorosito, Vanderlei Luxemburgo, Oscar Tabárez, Francisco Maturana, Marcelo Bielsa, Sergio Markarian, Oscar Ruggeri, Miguel Ángel Russo, Daniel Passarella y Carlos Bianchi pasaron desapercibidos en el viejo continente. Se los conoce más por lo que hicieron en los equipos de sus países o sus selecciones que por lo que realizaron en sus aventuras europeas.
Está claro que no existe el entrenador ideal y que cada uno con su estilo y sus formas han llevado a los diferentes equipos a lo más alto del continente. Estos son los técnicos del momento, ganan mucho dinero y deben demostrarlo cada fin de semana. Al igual que los futbolistas, ellos también tienen su propio mercado.

21 mar 2011

Guaraní y el temor de la promoción


Mientras los más fanáticos de Guaraní aún mastican bronca por la mala racha del equipo, los nueve partidos consecutivos sin victorias y un nivel que preocupa cada vez más, los más fríos, los que se toman un tiempo para analizar la situación y siguen semana a semana el desarrollo del torneo, seguirán a la Franja en estos últimos cuatro partidos con la calculadora en mano.
Después de un inicio a toda orquesta, con victorias convincentes y fiestas armadas cada vez que se jugaba en Villa Sarita, el presente lo tiene a un pasito de la promoción, nada menos.
Aunque parezca difícil de creer, el equipo ahora dirigido por Telmo Gómez está a sólo un punto de jugar con un equipo del Torneo del Interior para mantener su lugar en la cuarta categoría del fútbol argentino.
Haber sacado sólo dos puntos sobre un total de 27 es un indicativo innegable de que los niveles, de fin de año hasta el arribo de otoño de este 2011, han caído a un agujero sin fin.
Qué lejos parece haber quedado aquel 5 de diciembre del 2010, cuando Guaraní festejó por último vez la conquista de tres puntos.
Pasaron casi cuatro meses, 11 fechas y nueve partidos, y la realidad indica que estos números se potencian y fortalecen domingo a domingo.
El cambio de entrenador tras la salida de Hugo Castillo ni siquiera sirvió para alivianar tensiones, ya que las derrotas posteriores aumentaron los nervios.
Críticas, seguramente bien argumentadas, de los hinchas para con el coordinador del club y los dirigentes, insultos para con casi todos los jugadores y un malestar que no sólo se respira en Villa Sarita, hacen de este momento un momento difícil de sobrellevar, al menos para aquellos que sienten algún tipo de cariño por el club.
Para muchos, este prolongado tiempo sin ganar, y con algún que otro empate como premio consuelo, debiera tener a Guaraní en descenso directo, pero está claro que en el Argentino B hay equipos que incluso penan más que la Franja.
Argentinos de 25 de Mayo, Independiente de Neuquén y Atlético Concepción de Tucumán, por ejemplo, siguen sin levantar cabeza y están muy cerca de volver al Torneo del Interior. Pero hay otros, como Ferro de Olavarría y Juventud de Pergamino, que aumentaron la temperatura en la promoción. Los dos ganaron el fin de semana y le sumaron dramatismo al momento de Guaraní en esa caliente ubicación.
Hoy por hoy la Franja reúne 22 puntos y tiene por debajo a cinco equipos, mientras que comparte ubicación en la tabla general con otros cuatro equipos. Por cuestión de centésimas está zafando, aunque está en la línea de la promoción. Y se sabe, los resultados de una fecha, y eso que todavía restan cuatro, pueden modificar sustancialmente las posiciones. Pero ojo, porque no todo es promoción. Atlético Concepción de Tucumán, actualmente en descenso directo, tiene sólo tres puntos menos que la Franja.
Por lo pronto, el conjunto franjeado tendrá la penúltima chance de festejar en casa ante Sportivo Patria. De ganar renovará su tubo de oxígeno; de perder, prolongaría el temor.

2 mar 2011

OTC, Crucero y Guaraní, de candidatos a cuestionados: ¿casualidad o causalidad?


Cómo estará el deporte misionero, que de tener tres competitivos equipos en diferentes torneos, hoy los encuentra en el fondo de las posiciones.
OTC, la mayor referencia que tiene Misiones en el deporte colectivo, Crucero del Norte, el máximo representante de la tierra colorada en materia futbolística, y Guaraní, que busca ascender a la tercera categoría del fútbol argentino, son los casos más emblemáticos y relevantes de la irregularidad que caracteriza al deporte de esta provincia en el ámbito nacional.
El equipo de básquet de Oberá Tenis Club, que después de las últimas dos temporadas en las que agonizó hasta la última fecha para mantener la categoría se reforzó convenientemente para pelear cosas más importantes, cumplió el primer gran objetivo que se propuso para este torneo, el de mantenerse en el TNA, aunque uno e había ilusionado en su momento con poder pelear más arriba. Si hay que ser sinceros, mucho no se le puede criticar a Castiñeira y sus dirigidos, porque el Celeste pasó casi de taquito la fase regular ganando todos sus partidos como local y sumando algún que otro triunfo destacado como visitante.
Pero, se sabe, el que más tiene, más quiere. Y en Oberá, como en Posadas y a lo ancho y largo del país, no fueron pocos los que se entusiasmaron con pelear el ascenso a la Liga Nacional, y volver a poner a Misiones en la elite del básquet nacional. Y motivos había, porque en el arranque del TNA1 (instancia que disputan los mejores ocho equipos del país), el equipo obereño ganó sus dos partidos como local. Pero luego llegaron cinco derrotas en los últimos seis partidos y de la punta súbitamente se descendió al penúltimo lugar de las posiciones. OTC no sólo se despidió de un entusiasta invicto de 10 partidos en Oberá, sino que prácticamente dejó escapar la chance de pelear por un ascenso y repetir lo que hizo Luz y Fuerza promediando la década de los ’90.

Y en el deporte más popular que existe, el fútbol, pasó algo muy similar. Crucero y Guaraní se habían armado como para ascender. O al menos como para pelear arriba. Y con varias fechas por delante para el final de la fase regular, ambos están prácticamente al margen de la pelea por el ascenso en el torneo Argentino A y B, respectivamente.
El Colectivero, si bien es cierto que sólo estuvo puntero en la zona 3 en el estreno del certamen, cuando venció a Central Córdoba en Santiago del Estero, nunca encontró la regularidad deseada, y en 24 fechas, sorpresivamente, cosechó más derrotas que victorias, algo que no le había sucedido ni en su peor campaña. Ya acumula 11 derrotas y apenas 9 victorias. Reúne 31 puntos, está a 7 puntos del líder, a cinco del tercero que por ahora clasifica a la segunda fase y sólo por encima de 9 de Julio, el peor equipo del campeonato. Y de seguir en esta senda, inevitablemente comenzará a mirar de reojo la otra tabla, la peligrosa, la que decide la permanencia o no en el torneo.
El equipo de Pedro Dechat sufre la falta de gol, y eso que tiene delanteros de jerarquía. Sólo convirtió en dos de los últimos siete partidos, aún no pudo ganar en Santa Inés en lo que va del año y no encuentra el rumbo. ¿Será cuestión de esperar el final del torneo y ver qué decisión tomará Julio Koropeski, que en su momento había dicho que habría limpieza general?

El caso de la Franja es más increíble. O doloroso, para quienes en su momento se habían ilusionado de manera impensada. El equipo entonces dirigido por Hugo Castillo ganaba, sumaba y lideraba las posiciones de la zona 6 del Argentino A. Era, realmente, la sensación del campeonato en el inicio de la competencia. Muchos decían que estaba clasificado incluso antes de que finalice la primera mitad del certamen, porque le llevaba una ventaja considerable a sus inmediatos perseguidores. Pero en cuestión de segundos vino la debacle. Las derrotas se sucedieron una tras otra, las equivocaciones también. Y por ende, el descenso en las posiciones. Y con él los insultos de la gente. Las críticas hacia, excepto López García, todos los jugadores. La dirigencia y fundamentalmente el cuerpo técnico encabezado por el ex jugador de Deportivo Español, que, contra su propia voluntad, tuvo que dejar el cargo tras sumar sólo un punto de los últimos 18 en juego. Pero ni el reestreno de Telmo Gómez fue auspicioso. Y Guaraní sigue en caída libre.
¿Será cuestión de casualidad o causalidad que los máximos exponentes del deporte colectivo misionero hayan seguido los mismos caminos descendentes? ¿Será un problema de preparación física? Para pensarlo…