24 oct 2009

Lottar Matthaus, ¿el salvador académico?


No parece lo más acertado por parte de la dirigencia de Racing, pero sólo el tiempo, y fundamentalmente los resultados, dirán si la decisión de traer a la figura de Lottar Mattaus como técnico fue acertada o no.
¿Qué tanto puede saber el alemán sobre el fútbol argentino, y aun más, sobre la realidad de un equipo histórico como Racing que hoy, sin dudas, atraviesa uno de los peores momentos de su vida deportiva? Parece que muy poco.
Pero hay motivos para entender el por qué de dicha determinación. Algunos expertos hablan del bajo precio (llegó a la Academia a cambio "sólo" de 900 mil dólares anuales), una cifra mucho más inferior a la que aspira cualquier otro postulante al cargo, como Ischia, Ardiles, Merlo, Russo o Pekerman, entre algunos nombres.
Otros aseguran que el jugador de campo con más participaciones en más mundiales con un total de cinco (1982, 1986, 1990, 1994 y 1998) llegó a Avallenda porque sus ganas de dirigir en Sudamérica van más allá de sus necesidades financieras.
Matthaus, cuya brillante carrera como jugador le permitió disputar una cifra récord de 25 partidos en Copas del Mundo, además de proclamarse campeón y mejor jugador en Italia 1990, inició su etapa como entrenador al mando del Rapid Viena, sin demasiada suerte en el año 2002. Luego entrenó al Partizán de Belgrado (2003), con el que obtuvo un campeonato de Liga, manejó sin demasiada trascendencia a la Selección Nacional de Hungría (2004-2006), ejerció de director deportivo del Red Bull Salzburgo de Austria (2006-07) y entrenó hasta abril pasado al modesto Maccabi Netanya de Israel.
Para Matthaus esta no será su primera experiencia dirigiendo en Sudamérica, ya que entrenó en un breve lapso al Atlético Paranaense, en los primeros dos meses de 2006. Pese a haber registrado buenos resultados (cinco triunfos y dos empates en siete juegos), renunció al cargo por motivos personales.
Matthaus, ganador del Balón de Oro en 1990 y del Jugador FIFA del año en 1991 y ex jugador de clubes como el Bayern Munich, el Inter de Milán y el Metro Stars de la MLS, tiene fama de ser un entrenador de carácter difícil y personalidad controversial, lo que para muchos le ha impedido dirigir en su país natal y tendrá una misión muy complicada, pues además de que no conocer el futbol argentino, debe cambiarle el semblante a un equipo que ha sido incapaz de ganar un partido en el presente Apertura 2009, ya que en las diez primeras fechas sólo cosechó cinco empates y cinco reveses, y lo que es peor, se encuentra en zona muy delicada en la tabla porcentual, al ubicarse en el sitio 18º de 20.
Sin dudas que la noticia sorprende. Pero se viene una apuesta fuerte.
Los números como jugador lo avalan largamente. Como técnico ya aparecen dudas. Pero la que no mostró dudas para tomar semejante medida fue la dirigencia académica, que busca en un referente del fútbol mundial ese salvador del infierno.

15 oct 2009

"Que la sigan chupando"


(¿?). No son palabras de uno más. Las dijo Diego Armando Maradona, nada más y nada menos, con todo lo que eso implica. Cansado de las, a su criterio, exageradas críticas que recibe desde que asumió la dirección técnica de la selección argentina de fútbol, Diego explotó. Y las bombas cayeron, sin distinción de clases, sobre el periodismo. No sobre periodistas en particular, sino sobre el periodismo en general. Por eso es lógico que hoy todos los canales, radios, medios gráficos, digitales, etcétera estén, cuanto menos, molestos con las palabras del 10.
Ni bien finalizó el partido con victoria frente a Uruguay en Montevideo, que le dio a Argentina el pasaporte directo al Mundial de Sudáfrica, Maradona y Bilardo, antagonismos si los hay, se enroscaron en un interminable abrazo de júbilo para desahogarse de todo (lo feo) lo que les había pasado hasta entonces.
Sin embargo, más allá de las palabras de Bilardo (hablen ahora, putos...), fueron las palabras regadas de pólvora de Diego las que impactaron en todo el planeta. "Este triunfo es para todos los argentinos, menos para los periodistas", dijo, descartando cualquier posibilidad de que un periodista sea, según su punto de vista, argentino, y como tal que tenga derecho a festejar semejante conquista. Conquista que por otro lado, parece, no debiera merecer tanto alboroto.
Probablemente, para no decir con seguridad, existan periodistas antiMaradona, mala leche o como quiera llamarlo cada uno. Pero de ahí a generalizar, meter a todos en la misma bolsa y tildar públicamente a los periodistas como los principales enemigos es un acto de alguien fuera de sí, incapaz de aceptar críticas y, menos aún, reconocer sus errores, algo que nunca supo, quizo ni trató de aprender Diego.
¿Acaso nosotros, los periodistas, somos culpables del flojo rendimiento de Messi? De las cinco derrotas que lleva Maradona en ocho partidos dirigidos? ¿Nosotros acaso somos cómplices de las internas que se cansa de originar Heinze en el seno del plante? ¿A nosotros se nos ocurrió la idea de querer ganar en la altura con tubos de oxígenos? ¿El periodismo tiene la culpa de que Maradona, por fiaca de levantarse, haya decidido no entrenar nunca de mañana y hacerlo en un solo turno por la tarde? ¿A nosotros se nos ocurrió la (idiota) idea de confiar en Maradona como DT cuando sus números eran algo más que desastrosos cuando dirigió a Racing y Mandiyú?
No creo. En realidad estoy seguro: NO.
Si algo siempre le faltó a Maradona es, precisamente, autocrítica. Su figura de ídolo mundial hace tiempo le hizo olvidar cuestiones que van más allá de esa "figura". Diego no se banca las críticas, no tolera que lo cuestionen. No soporta que le digan lo que tiene que hacer. No resiste que lo señalen. Así, parece realmente muy complicado que las cosas se encaminen. Muchos dirán que es auténtico. Y es verdad. Su espontaneidad siempre llevó a que todo lo que diga adquiera dimensiones extraordinarias (cómo olvidar las célebres frases "La pelota no se mancha" y "me cortaron las piernas"), pero hay veces que traspasa todos los límites. Hasta los imposibles. Como en este caso.

13 oct 2009

¿Qué hacer en Montevideo?


Especular. Salir a ganar. Aguantar. Estas tres variables están casi con seguridad dando vuelta en la cabeza de Maradona de cara al choque de mañana entre Uruguay y Argentina, de aquel lado del río de La Plata.
Y la verdad, elegir una de las tres, no parece tarea sencilla. Estarán los que dicen que Argentina debe, por historia, pergaminos y individualidades, llevarse puesto a la Celeste en la última fecha de las Eliminatorias.
Este juego de números viene a cuestión porque Argentina, para clasificar directamente al Mundial, debe ganar. Aunque también es muy probable que un empate lo mande sin escalas a Sudáfrica el año próximo, ya que pensar en una victoria de Ecuador en Chile no resulta muy atinado de acuerdo al presente de uno y otro.
El panorama está planteado así. Argentina tiene 25 puntos, Uruguay 24 y Ecuador 23. Uno de los tres accederá directamente a la cita ecuménica mundial como el cuarto mejor equipo de Sudamérica. Y otro tendrá una nueva chance en el Repechaje, hoy frente a Honduras. Y el tercero de estos equipos diría adiós al sueño mundialista y sólo deberá esperar por el inicio de otras Eliminatorias.
¿Corresponde salir a cambiar golpe por golpe en Montevideo frente a una selección uruguaya que viene en alza, motivada y que tendrá todo a favor? ¿O será mejor dejar la historia de lado y salir de modo especulativo, sin tanta hambre de gloria?
Pasando en limpio, de la multiplicidad de resultados que puede darse para que la selección clasifique o no, sólo un resultado lo obligará a ver el Mundial por televisión. Que pierda en Montevideo y que Ecuador le gane a Chile. Combinación muy complicada, aunque para nada imposible.
Aún resuena en la mente de varios cómo argentinos y uruguayos “arreglaron” el partido de la última fecha de las anteriores Eliminatorias, cuando el empate entre ambos los favoreció a los dos, dejando fuera de Alemania a Colombia. En aquella oportunidad, Argentina clasificó directamente, Uruguay fue al Repechaje y los cafeteros quedaron al margen de toda posibilidad.
Y ahora la historia no parece ser tan diferente, y las condiciones son las mismas. Porque un nuevo empate clasificará a los dirigidos por Maradona y mandará a los repechaje a los uruguayos, pero que en este caso necesitarían una mano de Chile. Lo concreto es que para Uruguay, empatar o perder no modifica prácticamente nada, por lo que se supone que saldrán a matar o morir, apoyado por más de 50 mil personas.
¿Pero Argentina? Esa es la cuestión. La última palabra la tiene Maradona. Y sus jugadores. Acá no importa jugar bien, lucir o complacer al público. En juego está el pasaje al Mundial. ¿Lo comprará Argentina?

4 oct 2009

Premio a una pertinente política de estado


La elección de Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos 2016 es resultado de una campaña, como otras que Brasil impulsa, por un lugar de peso en la ONU o por un acuerdo climático global y, al igual que esas iniciativas, contribuye a reposicionar al país en el mundo.
Ahora Brasil, que es una potencia futbolística con cinco Copas del Mundo en su haber y que hace un culto del deporte, tendrá la oportunidad, por primera vez en América del Sur, de organizar una justa olímpica, luego de una campaña en la que desde el presidente Luiz Inacio Lula da Silva hacia abajo, las autoridades no se cansaron de repetir el eslogan: "Este es el turno de Brasil".
"Brasil precisaba de estas olimpíadas", "este pueblo merecía esa oportunidad", dijo Lula, quien tiene más del 80 por ciento de popularidad en su séptimo año de mandato, en sus primeras palabras en Copenhague, luego de recibir del Comité Olímpico Internacional (COI) la noticia sobre la elección de Río para 2016.
Lula, que ya contribuyó a conseguir la Copa del Mundo 2014 para su país, ha impulsado a Brasil junto a su canciller, Celso Amorim, a formar parte de los grandes debates internacionales y a posicionarse como el gran articulador entre naciones ricas y emergentes.
Para Lula, los Juegos darán a Brasil una noción de su dimensión en el mundo. "Siempre pensé que había una cosa que le faltaba a Brasil. (...) Por haber sido colonizados teníamos la manía de ser pequeños, de no ser importantes", sostuvo el mandatario, quien suele decir que el país, décima economía mundial y con 190 millones de habitantes, está conquistando el lugar que le corresponde.
Este país, que aspira a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y que fue en buena medida el gran impulsor de una institucionalización del G20 como foro global, deberá subsanar enormes problemas de pobreza, violencia e infraestructura que enfrenta Río de Janeiro en apenas seis años.
Parte de ese camino lo hará Río de cara a 2014, cuando será una de las sedes de la Copa del Mundo de fútbol.
Pero le quedará un desafío mayor: la seguridad, en una ciudad que es tan conocida por sus paisajes de tarjeta postal como por su violencia endémica, que el año pasado se cobró la vida de 6.000 personas sólo en casos de asesinatos.
Lula apuesta al trabajo para superar el desafío. "Empezaré a trabajar por los Juegos Olímpicos mañana, no pasado mañana, sino mañana mismo", prometió.
Sudamérica, mientras tanto, celebra poder tener por primera vez en su dilatada historia un Juego Olímpico...

1 oct 2009

Crucero: lo bueno, lo malo y lo feo


Posadas.
En qué buen momento llega el partido más esperado del torneo Argentino A. Crucero del Norte y Unión de Sunchales, los dos mejores equipos no sólo de la zona 2 sino de la tercera categoría del fútbol argentino, estarán frente a frente el próximo domingo en Santa Inés. Y los dos saben que ese es “el partido” y “el rival” a vencer si pretenden sacar a relucir, o no, su chapa de candidato, la misma que semana a semana pusieron en juego con el correr de las fechas.
Indudablemente, los números le sonríen a los dos. El conjunto misionero llega en alza. Quizás más en lo anímico que en lo futbolístico. Porque el triunfazo en Rafaela frente a 9 de Julio, después de tres encuentros sin victorias, demostró que en el plantel no hay titulares ni suplentes y que nadie tiene el puesto asegurado. Un Colectivero alternativo en un 80 por ciento hizo por primera vez dos goles en un partido, ganó por segunda ocasión fuera de Misiones y logró el objetivo de rotar, sumar y llegar al cierre de la primera ronda del torneo mirando a todos desde lo más alto.

A favor y en contra
Pedro Dechat no consigue aún ese volumen de juego necesario para explotar en el arco de enfrente todo lo que se origina, y termina sufriendo –nunca ganó por más de un gol- y pidiendo la hora. Sin embargo, por lo mostrado en la cuna láctea del país, Crucero sacó a relucir la extensión de su plantel. El toque distintivo de los relevos (Héctor Franco), el buen nivel de algunos pilares (Cabrera, Brítez) y los excelente reflejos de Gaona ratifican que, más allá de algunos errores, hay jugadores capaces de marcar diferencias.
Pero en Rafaela, gracias al atrevimiento del técnico, se develó un misterio que siempre fue, y será, materia de discusión. ¿Se puede jugar sin un nueve de área? Al margen de las voces a favor o en contra, la presencia de Yegros Tejada y Escobar Fretes resultó sumamente provechosa. Sin convertir –para muchos una obligación de los delanteros-, los dos tanques ofensivos fueron de lo mejor del equipo. Exigieron, corrieron, pivotearon y casi siempre la devolvieron redonda. Así, sin alguien que clarifique el juego, Crucero se las ingenió para lastimar con la llegada de los mediocampistas.
Y aunque en la mente del DT no figure jugar con dos referencias aéreas, quedó en evidencia que, por obligación, necesidad o ganas de cambiar, en el banco pueden estar las soluciones. No se trata de sacar nombres, ni cambiar figuritas. Simplemente en pensar otras alternativas.
Por contrapartida, y aunque considere a Marczuk como carrilero por derecha, el frente de batalla que diagramó juntando a cuatro volantes centrales para aguantar el resultado, no resultó suficientemente efectivo, ya que 9 de Julio jugó al pelotazo e hizo estéril dicha idea destructiva.
Esa concepción de juego, en este sentido, también demostró que no alcanza con correr, cortar y recuperar. Si no que para que todo eso sea productivo es necesario tener a alguien que la cuide, la “amase” y le dé un destino conveniente. Y hoy por hoy, el único en condiciones de hacerlo es Brítez. Quizás Soto y Cabrera, un escalón más abajo, sean las otras variables. Así y todo, es bueno aprender sobre la marcha. Y, lógicamente, con los resultados a favor.